Huermur celebra el inicio inminente de las obras de la I fase en el monumento del castillo de Monteagudo, tras años de denuncias, investigaciones y requerimientos instando la recuperación del inmueble defensivo del siglo XII.
El colectivo conservacionista ha examinado la documentación facilitada por el Ministerio de Cultura en el expediente de contratación, y ha descubierto unos informes arqueológicos que son contrarios a la apertura de nuevos viales de acceso al castillo medieval por la ladera norte-este, dado su grave impacto visual y arqueológico.
Huermur ha señalado que seguirá con especial atención el desarrollo de las obras en el castillo medieval de Monteagudo, al estar protegido como Bien de Interés Cultural BIC, así como las actuaciones arqueológicas que se vayan realizando durante los trabajos. Todo ello al tratarse de una zona de alto impacto arqueológico, y donde puede aparecer cualquier vestigio histórico en el momento menos esperado.
La Asociación para la Conservación del Patrimonio de la Huerta de Murcia (Huermur) celebra la adjudicación y el inicio inminente de las obras del castillo de Monteagudo, tras años de denuncias, investigaciones y requerimientos instando la debida recuperación del inmueble defensivo del siglo XII, que ostenta la categoría de Bien de Interés Cultural BIC desde el año 1931. Unas obras, que no son más que el cumplimiento de la obligación que marca la Ley de Patrimonio sobre los propietarios de monumentos protegidos, y que es la de conservarlos y mantenerlos en las debidas condiciones.
Estas obras, que se van a centrar en el sector sur del castillo, conllevarán la consolidación y restauración de las fábricas de tapial y piedra, así como el desescombro de los materiales procedentes de desprendimientos, y la eliminación de vegetación, pintadas y residuos existentes. Igualmente se llevará a cabo el desmantelamiento de los cableados aéreos que recorren la ladera del castillo, dado su grave impacto visual, siendo esta una actuación de restablecimiento que ha venido solicitando Huermur dada la falta de permisos para esa instalación realizada en 2015. Para Huermur estas actuaciones resultan muy necesarias, dados los numerosos años transcurridos sin una sola intervención en el propio castillo medieval, lo que ha supuesto llevar al monumento a una situación casi límite de abandono, degradación y desidia.
Huermur ha examinado la documentación facilitada por el Ministerio de Cultura en el expediente de contratación, y ha descubierto la existencia de unos informes arqueológicos que son contrarios a la apertura de nuevos viales de acceso al castillo medieval por la ladera norte-este, dado su grave impacto visual y arqueológico. Concretamente estos documentos técnicos indican como conclusión que: “Por el contrario, en los tramos 3 y 4, la existencia de depósitos y niveles de cronología prehistórica, histórica y medieval, hace imprevisible la apertura del vial propuesto. A nivel presupuestario, porque los ritmos de trabajo y analíticas asociados a los niveles prehistóricos, ibéricos, romanos y medievales, desbordaría previsiblemente las partidas presupuestarias destinadas a la Arqueología en esta fase de actuaciones. A nivel de conservación y protección del patrimonio, porque la localización de restos conservables por el interés social y cultural de los mismos obligaría a la rectificación del trazado propuesto, cuando no a la supresión del mismo una vez iniciados los trabajos.
Por último, también hemos mencionado la existencia de inconvenientes a nivel visual, por cuanto la apertura y trazado de los taludes del vial propuesto rompería la imagen tradicional de este sector del monumento. Por ello, entendemos escasamente aconsejable la apertura del vial previsto en estos sectores en los términos actualmente propuestos.”
Por último, Huermur ha señalado que seguirá con especial atención el desarrollo de las obras en el castillo medieval de Monteagudo, al estar protegido como Bien de Interés Cultural BIC, así como las actuaciones arqueológicas que se vayan realizando durante los trabajos. Todo ello al tratarse de una zona de alto impacto arqueológico, y donde puede aparecer cualquier vestigio histórico en el momento menos esperado.