Un estudio codirigido por Óscar Sánchez, psicólogo y profesor asociado de la Universidad de Murcia, ha analizado los niveles de resiliencia de la población durante la pandemia de la COVID-19 y su incidencia como factor protector ante la situación; así como su impacto en el bienestar psicológico y el estrés postraumático, variables asociadas al confinamiento y la pandemia. La resiliencia en psicología está definida como la capacidad de los seres humanos de adaptarse a una situación adversa.
La investigación se ha realizado mediante encuestas hechas al inicio de la desescalada. En las respuestas de quienes respondieron se encontraron niveles de resiliencia altos en el 30% de la población, niveles medios en el 55% y niveles bajos en el 15% de la población. Es decir que se hallaron niveles medios o altos en el 85% de la población. Por lo que gran parte de la muestra presenta resiliencia en un nivel medio o alto como señalan otros estudios similares.
En el análisis de las respuestas se hallaron correlaciones significativas y positivas entre la resiliencia con el bienestar psicológico, el estado de ánimo y la facilidad de llevar la pandemia. También se hallaron correlaciones entre la baja resiliencia y el estrés postraumático. Entre las consecuencias del estudio destaca que un mayor grado de resiliencia predice en alto grado el bienestar psicológico de la persona en el 51,3% de los casos.
Además, del resultado de las respuestas y su análisis se deduce que la resiliencia también es un factor protector ante el estrés postraumático. Durante el confinamiento, según los resultados de este estudio, los síntomas de estrés postraumático tienen mayor presencia en personal sanitario y aquellas personas que han estado confinadas sin poder realizar su desempeño laboral.