El Ayuntamiento de Murcia, por medio de la Concejalía de Derechos Sociales y Familia, que dirige la edil Pilar Torres, ha puesto en marcha esta semana el Proyecto 13/17, que trabaja con más de un centenar de adolescentes en riesgo de exclusión social para que potencien sus habilidades.
La iniciativa consiste en un proyecto de intervención socio educativa que trabaja con menores vulnerables de entre 13 y 17 años. Las actividades se realizan en grupos de trabajo organizados en San Pío X, La Alberca, El Palmar, Espinardo, Javalí Viejo, La Ñora, Barriomar, Puente Tocinos, Beniaján y Alquerías.
La empresa Iniciativas Locales gestiona la ejecución del programa en coordinación con los servicios sociales municipales. Una educadora social ha asesorado en la elección de los adolescentes que participan en el proyecto.
Visita al grupo de trabajo de Espinardo
La edil Torres ha visitado esta mañana el Centro Municipal de Servicios Sociales Murcia Norte, que se encuentra en la pedanía de Espinardo, y que es una de las sedes en las que se está desarrollando este proyecto desde comienzos de semana.
La concejal ha destacado que "la atención de los menores y de los colectivos más vulnerables es una prioridad absoluta para el Equipo de Gobierno. Este programa aúna ambos conceptos y forma parte del proyecto social que venimos desarrollando en el Ayuntamiento de Murcia desde los últimos años. El objetivo es que los adolescentes mejoren sus habilidades sociales y comunitarias".
Perfiles muy diversos
El perfil de los adolescentes participantes es muy diverso, ya que es una cuestión que varía en función de la zona en la que residan y la situación social, educativa y económica que presenten sus familias.
El objetivo principal del programa es el de servir de punto de encuentro para los menores en el que puedan confluir sus ideas, empoderar su capacidad ciudadana y, especialmente, desarrollar y potenciar sus habilidades para que participen de forma activa en la vida social y comunitaria.
Con motivo de la crisis socio sanitaria surgida por la expansión de la Covid-19, el desarrollo de las actividades del proyecto se ha amoldado a todas las recomendaciones trasladadas por las autoridades sanitarias para prevenir contagios.
Cada educador social se encargará de dos grupos
De esta manera, cada grupo de trabajo consta de 8 adolescentes como máximo para garantizar el distanciamiento social. Los educadores sociales que imparten las sesiones se encargan de dos grupos y están liderados por un coordinador. Fomentan el uso de geles hidroalcohólicos e inculcan a los menores la necesidad de realizar un buen lavado de manos.
Las actividades tienen lugar por las mañanas entre las 9.30 y las 14.00 horas. Se desarrollan, en su mayoría, en los centros culturales de las pedanías y en locales de asociaciones como Los Almendros, en el caso de La Alberca.
Todos los menores participarán en las mismas actividades, aunque se desarrollan en sesiones alternas para reducir el número de integrantes en cada sesión. Habrá talleres de sensibilización, alimentación saludable, decoración y jardinería.
Excursiones a la playa y al río
Los educadores también organizarán sesiones de vídeo en las que proyectarán películas y cortos que transmitan valores sociales. También hay previstas excursiones a las playas Bahía y El Castellar, en Mazarrón, y a Blanca, para visitar el río Segura.
Los educadores realizan una evaluación diaria de los adolescentes y estos cumplimentarán un formulario en el que podrán reflejar el grado de satisfacción con el trato recibido, las actividades realizadas, las instalaciones usadas y los materiales empleados en las sesiones de trabajo.
De igual forma, a la conclusión del proyecto, los coordinadores del programa redactarán un informe que enviarán a las familias de los menores participantes a modo de conclusión y balance del trabajo llevado a cabo.