La UCAM trabaja desde hace varios años en un proceso de transformación digital que ha posibilitado que todos los profesores, alumnos y personal de administración y servicios puedan realizar su actividad docente y profesional vía online.
Dada la situación actual provocada por la pandemia del COVID19 Coronavirus, las clases se imparten online a todos los estudiantes desde ayer lunes con total normalidad.
El Vicerrectorado de Enseñanza Virtual realiza un seguimiento permanente monitorizando las sesiones, que hoy martes han sido 450. Estas clases tienen una duración de varias horas y han contado con una media de 29 estudiantes por cada una de ellas, siendo 140 el número más alto de usuarios conectados en una misma clase.
Para poder llevar a cabo esta formación virtual la Universidad Católica había realizado durante los últimos años la migración de todos los escritorios informáticos locales a la nube. Asimismo, se habían duplicado el número de servidores que dan soporte a la docencia virtual.
Toda esta labor de ingeniería informática ha permitido también que, además de profesores y alumnos, todo el personal de administración y servicios pueda acceder desde su domicilio a su escritorio, tal y como si estuviera de forma presencial en su ordenador de la Universidad.
Este excelente resultado conseguido con tal inmediatez no habría sido posible no obstante sin el factor humano. La implicación del profesorado ha sido excelente, así como el de todos los servicios de la Universidad. Mientras que el alumnado está respondiendo con un gran compromiso.
Acceso a libros digitales
La UCAM también pone a disposición de la comunidad universitaria su biblioteca digital que contiene más de medio millón de libros electrónicos, unas 60.000 revistas y 220 bases de datos. Asimismo, también se puede acceder a BUSCAM, un portal que incorpora cada mes 2 millones de publicaciones.
Añadido a todo esto, a través de Ingebook se podrá acceder a todo su catálogo de publicaciones digitales especializadas en el ámbito de la ingeniería, durante un mes.
Estas iniciativas van en consonancia con otras que están realizando organizaciones internacionales como la UNESCO, que ha dado acceso a su biblioteca digital mundial.