La Asociación de Cafés, Bares y Afines de la Región de Murcia (ACBARM) suma una nueva situación negativa para el sector en la capital de la Región: la reorganización de las terrazas en el paseo de Alfonso X. Tras tres años de obras en los que los hosteleros del entorno se han visto privados de sus terrazas, cuando ha llegado el momento para todos de disfrutar del renovado paseo la realidad es otra. “Ahora la zona es más amplia, con más vida, pero el proyecto del alcalde Ballesta es reducir el espacio para las terrazas. Es una idea pésima ante la que, al menos, pedimos lo que teníamos”, se quejan desde la asociación.
Los hosteleros destacan que esta calle ha mejorado el valor de sus viviendas, pero también avisan que por las noches ahora está desolada, sin vida, un ejemplo de que “la ciudad está perdiendo su oportunidad en el desarrollo empresarial”. La ACBARM cifra en casi el 50% la reducción de la ocupación en los establecimientos de Alfonso X durante las obras, unos perjuicios que han hecho muy duro para los empresarios este periodo. “¿Por qué hacer ahora una consulta ciudadana en lugar de aplicar la ordenanza municipal? Parece que el Ayuntamiento se doblega a unos grupos de presión que representan a unos pocos, aunque eso suponga malherir a la hostelería. Solo reclamamos que se respete el criterio de los técnicos y se cumpla la ley, sin entrar en rivalidades políticas”, apuntan.
Una patronal que agradece y defiende la postura del equipo técnico de la Concejalía de Vía Pública, que inició la tramitación para devolver los espacios a las terrazas de la zona que Alcaldía suspendió. “Creemos que hay una discriminación específica en esta zona porque no se está cumpliendo lo que sí se aplica en el resto del municipio. Esta arbitrariedad produce inseguridad a los empresarios para emprender en el entorno y fomenta la caída del empleo que vemos en los últimos datos del sector”, manifiestan.
Apoyo al sector
La ACBARM remarca que, sin embargo, en la zona no está habiendo ningún problema para desarrollar en ella actividades municipales, incluyendo la instalación de altavoces en las farolas para la emisión de música en dichos actos. “Es difícil de creer que los bares y cafeterías producen molestias a los vecinos, pero esas citas multitudinarias no”, se sorprenden en la asociación.
Ante toda esta situación, los hosteleros piden apoyo al sector. “Queremos una ciudad viva, alegre, extrovertida y dinámica, como siempre lo ha sido. La hostelería es el corazón de Murcia, la que le da ese carácter abierto y atractivo que a todo el mundo le encanta. Hemos llegado a un punto en el que necesitamos un apoyo claro de las instituciones, que apuesten por el sector en lugar de demonizarlo, y nosotros apoyaremos a quien lo haga”, concluyen.