Los restos, que han sido datados, excavados a mano y protegidos, han sido localizados tras el estudio de los muros que forman el cauce que fue encargado por la Concejalía de Infraestructuras, Obras y Servicios Públicos con motivo de las obras de reparación del Puente de Guadalupe. Gracias a esta investigación se han descubierto restos de tres bóvedas de ladrillo, que corresponden a la época medieval islámica y los siglos XVII y XVIII. Todos los restos han sido datados, excavados a mano y protegidos.
Las obras de reparación llevadas a cabo por la Concejalía de Infraestructuras, Obras y Servicios Públicos en el Puente de Guadalupe ha permitido culminar una interesante investigación y la primera intervención arqueológica que acomete el Ayuntamiento sobre la acequia mayor Aljufía.
Con motivo de los daños sufridos en dicho puente, la responsable del área, Rebeca Pérez, solicitó el estudio y valoración arqueológica de los muros antiguos que forman el cauce en este paso, previo a la redacción del proyecto de reparación, incluyendo la supervisión de las obras con el fin de completar la documentación y proteger los elementos más sensibles.
Una vez asegurado el puente se efectuó la limpieza de la vegetación, procediéndose a la toma de datos de los restos conservados.
A finales de 2017, se había producido en la parte derecha del cauce un derrumbe parcial de un muro moderno de mampostería, cuya oquedad dejaba a la vista un zócalo de sillería con varias fábricas superpuestas de ladrillo, constatándose, además, que este tramo de acequia ha sufrido innumerables modificaciones y reparaciones a lo largo de su historia.
El análisis de las estructuras conservadas ha permitido saber que el puente tuvo, al menos, tres etapas además de la actual, de las que se ha identificado los restos de tres bóvedas de ladrillo. La más antigua está formada por un zócalo de sillares de arenisca sobre el que se levantaba una bóveda de cañón (medio punto) de ladrillo macizo que conserva el arranque con las tres primeras dovelas de la rosca. El módulo del ladrillo empleado de 24 x 12 x 5 cm, remite a época medieval islámica.
Sobre los restos de la primera bóveda se recreció el muro de la acequia para aumentar su altura y se construyó un nuevo arco, en esta ocasión, rebajado. Posteriormente, sin que mediara mucho tiempo, se levantó otra bóveda igual, reutilizando las primeras hiladas del anterior. El ladrillo empleado en estas dos últimas remodelaciones (30x15x4,5 cm) y el característico perfil rebajado de la bóveda permite fechar estas remodelaciones entre los siglos XVII y XVIII.
Camino medieval de acceso al puente
Finalmente, durante las obras de reparación ha sido posible documentar nuevas estructuras islámicas situadas detrás de los muros del cauce actual. En la parte derecha se ha identificado un camino medieval de acceso al puente, formado por un lecho compactado de argamasa y tierra, sobre un nivel de regularización hecho con piedra menuda, trozos de mortero y ladrillo (24x12x4,5/5 cm), con una profundidad e inclinación compatible con la bóveda de época islámica. En el lado contrario, a través de un orificio del muro, se ha constatado un canal paralelo a la acequia mayor hecho con argamasa y ladrillo de módulo islámico, cubierto en un tramo con otra pequeña bóveda.
En relación con la protección de los restos documentados, estos han sido aislados mediante lámina plástica para evitar la adherencia de los morteros de cemento empleados en la reconstrucción del muro de la acequia y en el relleno de las oquedades, quedando visibles en la cara externa de los paramentos para facilitar su identificación.