"Nos están criminalizando, nos señalan como los únicos responsables de los problemas de ruido en Murcia". Así se expresa Jesús Jiménez, presidente de la Federación Regional de Empresarios de Hostelería y Turismo (Hostemur), ante el inicio de la actividad de la "policía de ocio" de Murcia, que, según un tuit del alcalde José Ballesta, controlará a pie "los niveles de ruido y horario de cierre de bares". "No necesitamos una sobreregulación porque ya pasamos periódicamente en nuestros establecimientos los controles e inspecciones correspondientes, es otra medida más de los responsables municipales de este 'Persianazo' para culpar falsamente a la hostelería murciana y cargársela", denuncian desde Hostemur.
"Creemos que el problema está en las calles, donde no llegan los empresarios, que son profesionales que conocen la legislación y la cumplen, y si no lo hacen ya están ahí los inspectores para informar", manifiesta el presidente de Hostemur. En sus alegaciones ante la nueva regulación municipal sobre ruido esta entidad solicitaba medidas correctoras, como campañas de concienciación, ayudas a la eficiencia acústica o esta policía del ocio mediadora. "Proponíamos que los agentes ayudaran a la convivencia vecinal, sobre todo por los excesos de los clientes en las calles, ya que los hosteleros están sometidos a inspecciones semanales de toda índole para verificar que ejercen correctamente la actividad, no es necesario duplicar esa acción", apuntan desde Hostemur, que cuenta con casi 4.000 asociados que integra a todas las asociaciones y colectivos profesionales del sector de la hostelería y el turismo de la Región de Murcia.
Parte de la solución
Para esta entidad la policía de ocio debe ser un organismo de colaboración con el empresariado, que sirva para gestionar el ruido donde el empresario no puede llegar (salidas, desplazamientos, etc.) y donde ya no es su competencia. "Estamos seguros que con la unión de administración, hosteleros y comerciantes se podrán conseguir los objetivos acústicos deseados", augura el presidente. "Lo que no es de recibo es que Ballesta diga que la policía de ocio es para concienciar a los empresarios de los locales, ya que los hosteleros están sobradamente concienciados y claro ejemplo es que estas patrullas son una realidad basada en una petición suya", protestan en Hostemur.
"Nosotros también queremos la reducción de ruidos en nuestra ciudad, pero éste no es el camino", manifiesta Jiménez, que recuerda la tercera campaña de concienciación para el descanso de los vecinos que realizó Hostemur el pasado mayo. Su lema era 'Somos parte de la solución' y entre otras acciones se repartieron 10.000 pegatinas con diferentes lemas, como "Susúrrame al oído" o "Háblame bajito", para informar a los ciudadanos de que es posible compaginar el disfrute en las terrazas de Murcia con el descanso de los vecinos bajo un marco de respeto y convivencia.
Sin soluciones en Alfonso X
"Esta decisión forma parte de la errática manera de actuar de este Ayuntamiento con la hostelería", explica Jiménez, que como ejemplo señala que en Alfonso X ya se ha retomado completamente la actividad tras las obras, exceptuando la de las terrazas de los establecimientos del entorno. Un hecho para el que el Ayuntamiento de Murcia no ha dado justificación alguna y que está provocando cuantiosas pérdidas a esos empresarios.
"Incluso se han colocado las casetas navideñas de los comerciantes, pero ya son ocho meses sin terrazas, tiempo en el que los hosteleros están manteniendo puestos de trabajos", se queja Jiménez. "Los murcianos no podrán disfrutar de su gastronomía en esta zona tan tradicional de la ciudad, y dadas las fechas y los meses aguantando estas obras han acabado con la viabilidad de muchos negocios y hay planteamientos de despidos y cierres", anuncian desde Hostemur.