Se han analizado los 885 millones de m2 del municipio de Murcia, de los que cerca del 60% corresponden a usos forestal (38,45%), agrícola (19,58%) y zonas verdes (1,83%). El análisis independiente realizado por la UPCT refleja una importante caída de la presión urbanística en la Huerta tras un intenso ritmo de crecimiento. El desarrollo del suelo urbano en pedanías hace necesario la habilitación de nuevas zonas verdes y equipamientos. José Ballesta: "Transparencia y participación, independencia y autonomía, y calidad y excelencia profesional", son los tres criterios que han guiado la elaboración de este informe que servirá de base para la revisión del Plan General de Ordenación Urbana.
La protección de la Huerta y el incremento de las zonas verdes en las pedanías son dos de los objetivos que el Ayuntamiento planteará en la próxima revisión del Plan General de Ordenación Urbana, tras las conclusiones extraídas del informe urbanístico independiente realizado por el Laboratorio de Investigación Urbana de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), que ha supuesto un análisis pormenorizado de los distintos usos de suelo que conforman los 885 millones de m2 del municipio de Murcia.
El alcalde de Murcia, José Ballesta, y el rector de la Universidad Politécnica de Cartagena, Alejandro Díaz, junto a los miembros de los distintos grupos políticos, asistieron hoy a la presentación de las conclusiones del Programa de Vigilancia Ambiental y el Análisis del Planeamiento Municipal, una iniciativa que supone el primer paso para el inicio de la revisión del PGOU (que data de 2001), tal y como acordó la Corporación municipal.
“Entramos en la tercera década del siglo XXI y debemos dar respuesta a la nueva realidad social del municipio de Murcia y al proceso de transformación en el que estamos inmersos. Para ello, hemos querido contar con una institución referente en el conjunto de España, como es la UPCT, y lo hemos hecho guiados por tres criterios: transparencia y participación; independencia y autonomía; y calidad y excelencia profesional”, subrayó José Ballesta.
Casi un 60% de suelo forestal, agrícola y zonas verdes
En total, se han analizado 885 millones de m2, de los que 59,86% corresponden a usos forestal (38,45%), agrícola (19,58%) y zonas verdes (1,83%). La superficie residencial del municipio representa un 6,97% del total del suelo del municipio, mientras que el uso terciario es de un 1,44% y los equipamientos 1,73%.
El porcentaje de suelo para uso industrial es un 1,83%, mientras que el ocupado por infraestructuras alcanza el 5% y el viario un 3,82%. La superficie de suelo sin sectorizar o no calificado representa un 18,95% y los otros usos se quedan en 0,39%.
La labor llevada a cabo indica que de 2001 a 2016 la transformación de suelo para creación de nuevo suelo urbano es de unos 12 millones de m2, lo que supone un incremento de un 27% en cuanto a la superficie urbana de 2001, que era de 43 millones, y pasa a ser de 55 millones.
Caída de la presión urbanística en la Huerta tras un intenso ritmo de crecimiento
Con respecto a la Huerta, se observan dos claros periodos: el de 2002-2007, caracterizado por un intenso ritmo de crecimiento de superficie construida, y el comprendido entre 2011-2017, con una importante caída que se acerca al crecimiento nulo tanto de superficie construida como de superficie ocupada.
El análisis pone de manifiesto la necesidad de realizar una actuación integral en la huerta, aunque realizada por zonas, que priorice aquellas que se encuentran más saturadas. El total de 3.598 parcelas ocupadas desde 2002 a 2017 ha dado residencia a 9.000 personas.
Asimismo, el desarrollo del suelo urbano en pedanías (casi 1.800.000 m2 más en suelos urbanos, especialmente, en las Costeras Norte y Sur), hace necesario la habilitación de nuevas zonas verdes y equipamientos.
Una fotografía exacta de la situación actual
1.674 páginas, 430 megas de información, 1.133 horas de investigación a cargo de un equipo formado por más de 20 técnicos en planeamiento, cartografía y medio ambiente, que se han implicado en un trabajo continuado a lo largo de año y medio. El resultado es una fotografía exacta de la realidad tanto urbanística como medioambiental del municipio.
El equipo redactor ha estado compuesto por personal investigador de la UPCT y de la Universidad de Murcia; así como personal del Ayuntamiento de Murcia y de apoyo, integrado fundamentalmente por alumnos universitarios de la especialidad.
De esta forma, toda la información recopilada, valorada y analizada servirá de base para dar paso a la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Murcia, acordada en el Pleno en enero de 2016.
Programa de Vigilancia Ambiental: ecoauditorías y encuestas
Por su parte, el Programa de Vigilancia Ambiental tiene por objeto garantizar el cumplimiento de las indicaciones y medidas protectoras y correctoras contenidas en el Estudio de Impacto Ambiental, consta de 4 planes específicos:
1. Plan de Vigilancia de las medidas preventivas y correctoras que se deben cumplir. Las de carácter global hacen referencia a la calidad del aire (contaminación acústica y atmosférica), a la prevención de riesgos naturales (erosión, subsidencia, inundaciones, movimientos gravitatorios, incendios, etc.; y regulación de vías pecuarias (competencia de la CARM). Otras, de carácter individual, tienen un grado de cumplimiento medio-alto.
2. Plan de control del efectivo cumplimiento de costes añadidos extraordinarios en suelo urbanizable residencial, con calidades más elevadas, donde era precisa evaluar y efectuar una valoración ambiental de estos sectores de suelo cuyo desarrollo implica el cumplimiento de una serie de costes añadidos extraordinarios.
3. Encuesta de percepción. El Ayuntamiento ha realizado ecoauditorías y encuestas ciudadanas en el ámbito de la agenda 21, revisado en 2009, que incluyó una encuesta ciudadana a distintas organizaciones y juntas municipales. Además, en el ámbito de este trabajo se han realizado encuestas socioambientales por pedanías y barrios.
4. Plan de evaluación de la incidencia ambiental que ha tenido los desarrollos urbanísticos de baja densidad, en la ciudad, la huerta y las pedanías