Se instalarán 122 casetas en las que se pondrá a la venta exclusivamente mercancías que formen el stock del establecimiento, con un descuento "sustancial". La Junta de Gobierno ha aprobado el convenio para organizar el evento con la colaboración de las asociaciones de comerciantes del municipio.
Por noveno año consecutivo, la Plaza de Santo Domingo y la Avenida Alfonso X El Sabio acogerán la Feria Outlet, que en esta ocasión tendrá lugar del 3 al 6 de noviembre.
La Junta de Gobierno ha aprobado en su reunión de hoy el convenio de colaboración que suscribirá el Ayuntamiento de Murcia con la Federación de Asociaciones de Comerciantes de Murcia –que engloba a los colectivos de Vistalegre, Triángulo, Carmelitanos, Platería-Trapería, Zarandona, Beniaján, La Flota, Alquerías, La Alberca y Puente Tocinos-, la Asociación de Comerciantes del Barrio del Carmen y la Asociación de Comerciantes Área Comercial Murcia Centro para organizar la muestra.
El acuerdo sienta las bases para la organización y celebración del evento, que contará con 122 casetas, en las que los comerciantes pondrán a la venta, exclusivamente, productos o mercancías que conformen el stock de su establecimiento, y ofrecerán un descuento de sus productos a la venta con una ventaja económica sustancial respecto al precio establecido, tomando como precio de referencia el último señalado en el período de rebajas. Además, tendrán que disponer el doble marcado de importes.
La muestra contará con la participación de comercios de muy diversos sectores, desde moda de señora o caballero, hasta infantil, calzado, joyerías, ópticas, regalo, decoración, hogar o estética. El horario será de 10 a 14 horas y de 17 a 21 horas.
El objetivo de esta Feria Outlet es dinamizar el comercio tradicional dando salida a productos en almacén, ofreciendo la posibilidad a los usuarios de adquirir compras de calidad a precios asequibles.
De esta forma, el Ayuntamiento mantiene su apuesta por impulsar actuaciones que potencian la imagen de calidad y profesionalidad del comercio murciano, permiten la fidelización de clientes y llegar a nuevos públicos; consiguiendo, asimismo, atraer público a los centros históricos y núcleos urbanos. Así, finalmente se beneficia tanto al pequeño comercio, que ve disminuido sus stocks de mercancías de campañas anteriores, como a la hostelería circundante al lugar de celebración.