La Coral Discantus celebra este domingo una comida de Navidad, cerrando así un año de éxitos dentro y fuera de España. Es en esta convivencia donde expresará la unión entre los integrantes de la formación musical, porque la cuestión especial es que todos necesitan de todos en el coro, cada integrante del grupo. Y en ese compromiso y suma de voluntades se demuestra también, a través de la música, un verdadero centro de resistencia al individualismo creciente en la sociedad de hoy.
Durante 2015, una vez más, Coral Discantus ha demostrado que el canto coral posee cualidades formativas muy valiosas a nivel personal, en el crecimiento vocal de cada uno, en la concertación grupal y en el nivel de expresión musical alcanzado, pero también constituye una fuente de desafíos, un valioso tiempo compartido en pos de un objetivo común, una clara demostración de que con esfuerzo y compromiso grandes logros son posibles.
En opinión del director y alma mater de Discantus, Ángel Carrillo, "ha sido un año repleto de trabajo y momentos inolvidables que nos han hecho crecer como entidad y en el que hemos sentado las bases para que Discantus sea una entidad consolidada para subsistir muchos años en el panorama cultural de Murcia".
Añade Carrillo que "en este XX aniversario hemos disfrutado de importantes conciertos, viajes internacionales, grabaciones de discos y muchos más eventos que lejos de cansarnos, nos han dado ánimos para seguir trabajando y mejorando día a día, gracias al apoyo y la confianza de todas las grandes entidades públicas y privadas que confían en nuestra forma de entender la coral".
El restaurante El Taller de Algezares acogerá este domingo, a las 13, 30, la tradicional comida fin de año que dará paso a nuevos proyectos para 2016.