Respecto de las declaraciones sobre las prácticas de los alumnos de Medicina realizadas por el profesor Pascual Parrilla, vaya por delante el más profundo reconocimiento y admiración a él como profesional de la sanidad. Cosa distinta es compartir su opinión política y su pretensión de preservar ciertos privilegios a costa del sistema público de salud, que es de todos.
Todos los alumnos de Medicina, independientemente de la universidad de la que procedan, tienen derecho al acceso a la formación que se les pueda dar en centros sanitarios públicos, ya que todos son hijos de contribuyentes, con cuyos fondos se financian esos centros; la aportación de los padres de los alumnos de la privada también es para mantener el hospital y la universidad donde trabaja el profesor Parrilla. Por cierto, dada su defensa de exclusividad que pide para sus alumnos, cabe suponer que él la practica, y que no trabaja, además, en hospitales privados.
Es obligación de las administraciones públicas coordinar de forma adecuada las prácticas, para que sean de máxima calidad para todos los futuros médicos, y de las distintas universidades proporcionarle la información cierta y necesaria para facilitarle esa labor. Plazas hay suficientes, por lo que el camino no es la demagogia ni la confrontación, sino planificar y coordinar.