Margarita Guerrero, número dos de la lista electoral de Cambiemos Murcia, dijo ayer por la tarde en un encuentro con miembros de la comunidad latinoamericana en el municipio que “el Ayuntamiento debe garantizar los derechos de las personas independientemente de su procedencia”. “No podemos permitir que en Murcia haya ciudadanos de primera y de segunda, por eso exigimos que se reconozcan los derechos políticos de todos los inmigrantes”, continuó.
Este es el primero de varios encuentros sectoriales en los que la plataforma ciudadana presentará sus propuestas y escuchará a diferentes colectivos de la ciudad y las pedanías. En la reunión, en la que se trabajó con metodologías de investigación participativa, surgieron aspectos como la ausencia de espacios de convivencia entre las comunidades migrantes y la comunidad murciana, la imposibilidad del acceso al trabajo cualificado que tiene la población de origen extranjero o la dificultad que encuentran, en muchas ocasiones, para acceder a los servicios públicos.
Carlos Egio, también candidato y que trabajó en varios proyectos de participación ciudadana en Colombia, explicó que “en el caso de la participación en el ámbito local, como en muchos otros, es España quien debe aprender de las experiencias Latinoamericanas”. El candidato, afirmó que el objetivo de estas jornadas de reflexión y trabajo colectivo es promover la colaboración en el desarrollo las propuestas políticas de Cambiemos Murcia de personas que no suelen acercarse a los partidos tradicionales. “En el trabajo conjunto se genera comunidad y eso es lo que vamos a necesitar para vigilar desde la ciudadanía a los nuevos gobiernos municipales”, dijo.
Por su parte, Margarita Guerrero, de origen ecuatoriano, explicó que Cambiemos Murcia dirigirá sus mayores esfuerzos “hacia aquellos colectivos que hemos sido excluidos sistemáticamente por las políticas del Partido Popular”. La plataforma, de la que forman parte activistas de colectivos sociales y vecinales, y miembros de Izquierda Unida, Podemos y Equo, apuesta por un municipio multicultural e incluyente en el que la inmigración no sea contemplada como mera mano de obra.