El Alcalde, Miguel Ángel Cámara, ha manifestado hoy su "profundo pesar" por el fallecimiento de Javier Azagra, quien durante 20 años fue Obispo de la Diócesis pero, tras su renuncia, continuó siendo merecedor del cariño y respeto de los murcianos.
"Fue un Obispo bueno y un buen Obispo y una persona entrañable", ha dicho Cámara, quien ha decretado dos días de luto oficial en el municipio como señal de duelo por tan "enorme pérdida".
El Alcalde ha recordado que Javier Azagra fue distinguido como Hijo Adoptivo de Murcia, el mayor reconocimiento que concede la ciudad a las personas que no habiendo nacido en el municipio se han hecho acreedores de la gratitud y el cariño de los murcianos.
"Este fue sin duda el caso de Azagra, nuestro Obispo Emérito, quien por su carácter bondadoso y cercano, su enorme amabilidad y sus innumerables cualidades humanas siempre será recordado por todos", ha señalado Cámara.