Dentro de los proyectos expositivos del centro Puertas de Castilla, se presenta la obra del pintor Carlos Pardo, en donde se nos descubre un camino que, partiendo de la tradición paisajística de la pintura, es atravesado por el mundo de las ideas y las sensaciones. El resultado de este proceso lo vemos en cada uno de sus lienzos, en los que la apariencia está ligera y sabiamente “sacrificada”. Tal y como afirma Flores Arroyuelo, “los paisajes de Carlos Pardo son un acto de afirmación una realidad hecha de aventura que la transforma en una coyuntura y un vínculo o, si se quiere, como dijo Georg Simmel, en una forma de experimentar, también de existencia y de ámbito propio de una fuente de conocimiento que sentimos cerca de nosotros, en nosotros, pues no en vano, en ella mana una presencia condicionada a ceder y prestar sus latidos, lo que nos conduce a que la reconozcamos semejante a una razón de ser que posibilita, sobre ella, que se sostenga, entre sombras, que se ampare en una porfía tenaz de valores propios que se han utilizados en un juego de envite de todo o nada”.
Carlos Pardo muestra unos veinticinco lienzos en distintos formatos, en donde se nos plantea una pintura comprometida con él mismo, que no defrauda y desprende verdad. Por esta razón la pintura de Carlos Pardo que se muestra en la Sala de Puertas de Castilla es, en palabras de Jaurauta, “el resultado de una madura reflexión no sólo sobre el paisaje, sino también sobre la pintura, hecha desde la emoción de quien decide desde el silencio arrojarse al mar de desafíos que siempre es el arte”. Carlos Pardo nace en Murcia en 1970. Desde muy joven aprende a conocer el oficio de pintor en el taller familiar de escultura, pintura y grabado. Carlos realiza desde hace años un conjunto de obras donde fusiona naturalismo y modernidad. Profundiza en la pintura con bodegones, retratos y paisajes que encierran un cúmulo de ideas abstractas buscando la pureza de las formas y el color como herramientas. Actualmente investiga y desarrolla estas ideas trasladándolas a la pintura en forma de paisajes y encuentros con la figura humana.