Un estudio publicado en la revista "Papeles de Geografía", que edita la Universidad de Murcia y dirige el catedrático José María Gómez Espín, afirma que la sociedad debe dotarse de los mecanismos de control necesarios para verificar que se cumplen las normas sismorresistentes que eviten o palíen los efectos de los terremotos.
El trabajo, realizado en el Departamento de Geografía de la Universidad por el colaborador del mismo Juan Bautista Martínez Guevara, analiza los terremotos del pasado mayo en Lorca y concede tanta importancia a esa exigencia que llega a afirmar que "hay que revisar en la normativa conceptos como la rigidez o el excesivo planeamiento de concepto estático en las estructuras".
El estudio añade que "la albañilería modifica, secuestra, altera y condiciona la respuesta estructural, los pilares cortos y los elementos no estructurales son mortíferos: los terremotos no matan, son las malas construcciones".
El autor se queja de "la excesiva lentitud de las administraciones", que, en su opinión, entorpece y alarga la capacidad de los afectados para sobreponerse a los traumas generados por la catástrofe.
Asimismo lamenta que no se utilicen tras los terremotos las experiencias anteriores y comenta que "los planes especiales de protección civil ante el riesgo sísmico sólo cubren la gestión de la emergencia, y sería deseable una gestión integral del riesgo".
El trabajo destaca igualmente que Lorca se encuentra en una zona de alta peligrosidad sísmica por su ubicación geográfica.
Este mismo número de "Papeles de Geografía", publicación que cuenta con una destacada posición en el ranking de impactos entre las de su género, contiene igualmente trabajos en los que se analizan otros diversos temas, como el regadío en Orihuela (Alicante), el cambio de los usos del suelo en la isla canaria de La Palma y la degradación de suelos por actividades antrópicas en una región de México.