Todo está a punto en el Cementerio Nuestro Padre Jesús de Murcia para la celebración del Día de Todos los Santos el próximo 1 de noviembre. La concejalía de Bienestar Social y Sanidad, que dirige María del Carmen Pelegrín, es la encargada del mantenimiento del cementerio que se encuentra en perfecto estado para recibir la visita de miles de murcianos en esa festividad.
La concejala ha realizado esta semana una visita a las instalaciones municipales para supervisar su estado. El cementerio de Nuestro Padre Jesús cuenta en la actualidad con 163.000 inhumaciones, 800 panteones y 20.000 fosas, además de 5.000 nichos y 560 columbarios.
Anualmente se realizan en torno a 1.100 entierros anuales. Como dato curioso hay que referir que en 2010 se registraron 496 entierros de hombres y 538 de mujeres. Un total de 77 personas fueron incineradas y otras 6 tenían más de 100 años. El grupo de edad que registró más fallecimientos, con un total de 378, fueron las personas entre 81 y 90 años.
El cementerio municipal de estilo neoclásico. La fachada principal, de 1894, es obra del arquitecto municipal Pedro Celdrán. Tres años después de levantarla se celebraría el primer entierro oficial. El primer cementerio contaba con 100.000 metros cuadrados, mientras que las dimensiones actuales son exactamente el doble.
Una parte del cementerio actual se destina a Al-maqbara –cementerio musulmán-. Se encuentra construido en zonas no bendecidas, ya que con anterioridad se destinó a zona de suicidas. El primer entierro musulmán tuvo lugar en 1998
Murcia, además del cementerio Nuestro Padre Jesús, cuenta con 33 cementerios parroquiales, de los que el de Lobosillo es el de mayor antigüedad –finales del XIX-. En su mayoría fueron diseñados también por Celdrán.
Hasta finales de 1700, los entierros se realizaban en las Iglesias Parroquiales existentes en los pueblos, pero Carlos III sacó los cementerios fuera de las poblaciones por motivos de salubridad, lo que provocó no pocos conflictos con la Iglesia. En 1796 se inauguró el cementerio de la Puerta de Orihuela, que junto con el de La Albatalía daban servicio a Murcia y a los numerosos enterramientos causados por la peste.