El Ayuntamiento de Murcia y el Patronato Jesús Abandonado han realizado un estudio para determinar el grado de satisfacción de los beneficiarios del comedor situado en Murcia para personas sin techo y definir las mejoras que habrían de ponerse en marcha para ofrecer un mejor servicio a los usuarios. De este trabajo se desprende que el grado de satisfacción es elevado y que los magrebíes son quienes califican mejor el servicio.
El Comedor Social Jesús Abandonado de Murcia presta un servicio gratuito de comidas y cenas calientes a transeúntes, sin techo y a otros colectivos en situación de necesidad, presentando en los últimos tiempos una demanda creciente. Atiende diariamente a unas 200 personas por turno, y el Ayuntamiento de Murcia tiene 40 plazas concertadas con la Fundación-Patronato Jesús Abandonado El centro fue sometido hace un año a una profunda remodelación y equipado convenientemente para permitir un régimen ágil de autoservicio.
El grado satisfacción de los usuarios y la aceptación de los menús se ha realizado mediante análisis sensorial de alimentos (Para facilitar las respuestas se han usado tarjetas con iconos faciales)
-Los usuarios valoran el servicio en su conjunto de forma muy satisfactoria con una nota media de 8,62 puntos. El 38% de los encuestados califican el servicio con un 10, siendo los magrebíes los que atribuyen mayores puntuaciones.
-La percepción sobre el servicio resulta muy positiva: el 50% de los entrevistados se sienten enormemente satisfecho con aspectos como la consideración del personal voluntario y el nivel de limpieza e higiene.
Los Servicios Sociales y de Salud del Ayuntamiento de Murcia y el Patronato Jesús Abandonado, han llevado a cabo en abril y mayo la evaluación del servicio de Comedor Social Jesús Abandonado. En este proyecto también participa el Departamento de Tecnología de Alimentos, Nutrición y Bromatología de la Universidad de Murcia. Se han analizado las comidas de cinco días distintos.
Ante los resultados de la evaluación, se ha elaborado una propuesta de mejoras relativas a:
- La gestión general del comedor: atención específica a patologías alimentarias, inclusión de alternativas de fácil masticación, promoción de la higiene de manos de los usuarios, etc.
- La composición nutricional del menú: aumentar las raciones de arroz y ensaladas, incrementar el aporte calórico.
- La aceptación sensorial: combinar platos mejor y peor aceptados, modificar tratamientos culinarios y de condimentación, etc.
- Realizar recomendaciones a los usuarios para complementar adecuadamente estas comidas.
Perfil sociodemográfico: Se ha elegido una muestra representativa de 50 usuarios, 45 hombres y 5 mujeres, 24 españoles y 26 extranjeros con una edad media de 46 años. Han participado usuarios de 14 nacionalidades distintas agrupados por costumbre alimentaria en cinco categorías: españoles, magrebíes, latinos, este de Europa y Africanos, con preferencias y aversiones diferentes. Más de la mitad se alojan en el albergue y casi el 50% había utilizado este tipo de servicio con anterioridad. El 82% también cenan en este comedor y el 10% sólo consume los alimentos que les ofrece este comedor.
Estado nutricional y de salud: el 40% presenta alguna enfermedad relacionada con la alimentación. El 30% de estos tienen problemas orales que impiden la masticación de las texturas habituales. Casi el 21% realiza alguna restricción alimentaria relacionada con patologías o con motivos religiosos y el 18% toma 3 o más medicamentos al día que pueden influir en la percepción del sabor. En la valoración sensorial del menú habitual, los alimentos mejor evaluados son lácteos, dulces, fruta y legumbres y los menos huevos y pescados. En la consideración del personal de apoyo y el nivel de limpieza e higiene el 50% de los entrevistados se sienten enormemente satisfechos.
La evaluación nutricional del menú realmente consumido indica que la energía media aportada es de 813 Kcal, un 28,5% de las necesidades diarias.