La Policía Nacional ha detenido a un empresario murciano de 46 años de edad a quien se le imputan delitos contra el derecho de los trabajadores, de infracción de la normativa de seguridad laboral y de falsedad documental. Las responsabilidades que se le atribuyen están relacionadas con la repatriación irregular del cadáver de un trabajador de una de sus empresas, fallecido en un accidente laboral en el año 2006.
Los hechos que originan este servicio se remontan al mes de septiembre del dicho año, cuando se produjo una explosión en una balsa de residuos situada en una fábrica de explosivos situada en la localidad murciana de Javalí Viejo, en la que resultaron heridos cuatro trabajadores vinculados a una empresa que operaba en las instalaciones en régimen de subcontrata. Como consecuencia de las heridas sufridas, tres de estos trabajadores, de nacionalidades ecuatoriana, polaca y pakistaní, respectivamente, fallecieron en el hospital en los días posteriores al siniestro. La empresa se encargó de la repatriación de los restos mortales a los países de origen de los trabajadores y de su entrega a los familiares de los finados.
En marzo de 2008, sin embargo, una comunicación del consulado de Ecuador informaba de que la identidad del ciudadano ecuatoriano que se suponía muerto en el referido accidente laboral no era la del realmente fallecido, dado que el primero se encontraba en perfecto estado y residiendo en aquellos momentos en Ecuador.
La investigación, desde ese momento se centró en tratar de conocer la identidad de la persona fallecida y las razones y el procedimiento por los cuales la empresa para la que trabajaba había logrado enviar su cadáver a Ecuador con identidad falsa.
Tras una larga y laboriosa investigación, durante la que se precisado de la activación de mecanismos de cooperación policial internacional, los investigadores del grupo de homicidios de Murcia han podido esclarecer la forma en la que sucedieron los hechos y las motivaciones que se escondían tras el anómalo comportamiento de la empresa para la que trabajaba el finado.
Así, se ha podido saber que el fallecido fue contratado bajo una identidad falsa, que realmente correspondía a un antiguo trabajador de la empresa. Esta identidad se mantuvo de forma deliberada durante los trámites de repatriación debido a la voluntad del empresario de no desvelar la situación irregular del trabajador fallecido para tratar de eludir su responsabilidad por este hecho.
Los investigadores consideran que dada la peligrosidad de la tarea que la empresa les asignó aquella tarde de septiembre de 2006, los trabajadores carecían del equipamiento y la formación adecuada, lo que pudo ser determinante para que se diera el fatal desenlace.
Por todos estos motivos, el pasado día 17 de julio se procedió a la detención del responsable de la empresa por cuya cuenta trabajaban los fallecidos, un varón español de 46 años, y nacionalidad española a quien se le imputan delitos relativos al derecho de los trabajadores, de falsedad documental y de infracción de la normativa de riesgos laborales con peligro grave para la vida de los trabajadores.
El detenido ya había sido detenido en cuatro ocasiones anteriores por delitos relativos al derecho de los trabajadores.