Entre las iniciativas previstas figuran charlas en diversas pedanías y una exposición fotográfica
El Alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, acompañado por la concejal de Cultura y programas Europeos, Fátima Barnuevo, ha participado esta mañana en la presentación de la nueva campaña de sensibilización Argarruchal, sobre el yacimiento del Puntarrón Chico en Beniaján, de cuyo descubrimiento se cumple ahora medio siglo.
La Asociación Argarruchal, promotora de la campaña, ha sido impulsada por el Ayuntamiento de Murcia, la Asociación Amigos de la Huerta Azacaya y Ecoambiental, Proyectos y Servicios, con la colaboración de la Fundación Cajamurcia.
Entre las iniciativas que formarán parte de esta campaña se encuentran las siguientes:
Charlas por los centros educativos de Beniaján, Torreagüera, Puente Tocinos y Llano de Brujas sobre la evolución del ser humano, la Cultura del Argar y los métodos modernos actuales en arqueología.
Exposición Fotográfica y Audiovisual.
Conferencias específicas y divulgativas en Beniaján por expertos arqueólogos.
Muestra de una pieza del Puntarrón Chico como `Pieza del Mes´ de febrero, en el Museo Arqueológico de Murcia.
En el año 1961 los propietarios del Puntarrón Chico decidieron aprovechar el abancalamiento del cerro para plantar frutales en sus laderas. Fue entonces cuando se hallaron los primeros restos del poblado, hasta entonces desconocido, cuya explotación arqueológica acabaría ofreciendo una valiosa información sobre el modo de vida argárico. Este de Beniaján es un asentamiento prototípico, además de uno de los más importantes de la zona por donde se extendió El Argar.
Se rescataron muchos de los hogares, los cuáles aún permanecen en el lugar, pero los principales hallazgos fueron depositados en el Museo de Arqueología de Murcia, donde pueden ser contemplados: numerosas piezas de cerámica, cuchillos de sílex, punzones de hueso, brazaletes, sortijas, alabardas de cobre y bronce, e incluso enterramientos tanto en cista como en tinaja.
Hacia el II milenio a. de C. apareció la metalurgia de la aleación del bronce. Los poblados aumentaron en extensión y sus estructuras defensivas se hicieron más complejas. La vida del colectivo se quedó inmersa en el interior del área habitación y los rituales funerarios se caracterizaban por las inhumaciones individuales, la mayoría dentro de los hogares o dentro de su perímetro.