Un cambio al que vamos a llegar escuchando a la gente, en cada barrio, en cada pedanía, en cada centro de mayores, en cada colegio, en cada consultorio médico, en cada escuela deportiva, en cada centro de la mujer. Atendiendo a cada asociación de vecinos, de jóvenes, a las peñas huertanas, a los empresarios, en definitiva estrechando lazos con el tejido social del municipio. Los ciudadanos tienen que saber que tienen las puertas abiertas de nuestro partido, que somos iguales que ellos porque sus problemas son también los nuestros. La inmensa mayoría de los militantes socialistas no son cargos políticos o asesores, son gente corriente.
Represento un proyecto moderno, fresco, basado en el contacto directo con los vecinos y en una verdadera participación ciudadana. Entiendo que hay otra forma de hacer política, los socialistas queremos conquistar a los ciudadanos desde las ideas y no desde las debilidades del adversario. La política pertenece a los ciudadanos, no es una elite cerrada de gente con coche oficial y es a ellos es a los que tenemos que escuchar, sin ningún complejo y reconociendo que a veces no hemos estado a la altura de lo que nos pedían.
Los nuevos tiempos necesitan nuevas formas de entender la política, nuevas maneras de trabajar. Los ciudadanos tienen que saber que somos como ellos, con nuestros defectos y con nuestras virtudes. Eso sí, estamos seguros de que la inmensa mayoría de los murcianos no está contento con el municipio en el que vive, existe otra Murcia mejor, más amable, más cercana, más participativa, innovadora, mejor comunicada, en definitiva una Murcia acorde a la categoría que se merece.
Es indudable que en los últimos quince años no ha progresado a la altura de lo que se le supone a la séptima ciudad de España. Los gobiernos del PP han vivido de la herencia de los gobiernos socialistas, que fueron los verdaderos artífices de la transformación de Murcia y cuando se le ha agotado esa renta no ha sabido qué hacer, se ha dejado llevar por la iniciativa privada, no ha sido capaz de liderar el desarrollo de Murcia, sólo ha sido un testigo de lujo en las inauguraciones. Con su pasividad, ha provocado un municipio desequilibrado, con vecinos de primera, segunda y hasta de tercera categoría; un municipio donde el uso del transporte público es residual porque se basa en un sistema obsoleto que impide incluso la comunicación de pedanías cercanas entre sí; donde las bicicletas son una excepción y no la costumbre como debería ser por nuestro inmejorable clima.
Un municipio que está pagando los excesos de una política económica basada en la construcción y que no aprovechó los años de bonanza para diversificar su desarrollo. La administración local no puede mirar para otro lado cuando hay más de 50.000 parados en Murcia y tiene mucho que decir en la generación de empleo. Si es la más cercana al ciudadano también tiene que ser la primera en arrimar el hombro para superar esta crisis.
La ciudad de Murcia necesita un cambio, una revolución protagonizada por sus habitantes, que son conscientes de que cuando se movilizan pueden hacer las cosas de otra manera. Hay que mantener el espíritu del movimiento ciudadano de San Esteban para despertar una conciencia crítica. A ellos nos debemos y los ciudadanos deben tener elementos en su vida diaria para estar orgullosos del lugar en el que viven.
Todavía no nos hemos dado cuenta de verdad de lo que traído la voracidad del ladrillo permitida en la huerta. Ha sido un atentado contra nuestra historia, contra nuestro pasado. La Huerta de Murcia es nuestro mayor patrimonio, nuestra red de acequias es un orgullo milenario que merece ser puesto en valor; los valores de nuestros huertanos tienen que estar presente en la gestión política.
El proyecto socialista supone una ruptura con esta situación de estancamiento y falta de rumbo que ha provocado la falta de liderazgo del PP en Murcia.
El proyecto socialista quiere convertir a nuestra ciudad en una capital europea con mayúsculas, en un referente en el Arco Mediterráneo y en sinónimo de una ciudad amable que ha evolucionado respetando su historia.
Con el PSOE y con la candidatura que yo represento, Murcia será lo que quieran los murcianos, no lo que decidan unos pocos, hay que escuchar a la gente y sólo recuperaremos la confianza de los ciudadanos si nos convertimos en su herramienta para construir la Murcia que ellos quieren para ellos y para sus hijos.