El Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas de la Región de Murcia (COITARM) y la Asociación Interprovincial de Distribuidores para la Agroprotección (AIDA) han puesto punto final al ‘Curso de Gestión Integrada de Plagas’ con un acto de clausura, que se ha desarrollado en el salón de actos del mismo Colegio, en el que se ha hecho balance de los objetivos alcanzados con esta iniciativa formativa: lograr alcanzar al mayor número posible de responsables técnicos de las explotaciones agrarias y adaptar los conocimientos que ponen en marcha en su práctica profesional a la nueva normativa de la Unión Europea.
Uno de los retos que se marcaron los organizadores del ‘Curso de gestión integrada de plagas’, el COITARM y AIDA, al poner en marcha esta actividad fue el de anticiparse al cumplimiento obligatorio de la nueva Directiva europea en materia de fitosanitarios, que se ha fijado para el año 2014. En consecuencia, este reto se ha convertido, a la misma vez, en la garantía de su éxito, pues ha experimentado una gran afluencia de público, en gran parte debido a la preocupación que ya están teniendo los técnicos de las zonas de cultivo por adecuarse a las nuevas exigencias europeas en este tema.
En este sentido, tanto la presidenta del COITARM, Irene Guillén Luna, como la directora general de AIDA, Rosa María Robles Hernández, se han mostrado “muy satisfechas” de los resultados cosechados por el ‘Curso de gestión integrada de plagas’, calificándolo, de común acuerdo, como “todo un éxito, gracias al gran número de asistentes profesionales, que se han visto beneficiados de la información, sensibilización y formación que se ha impartido en el transcurso de esta iniciativa”.
No hay que olvidar que la nueva Directiva de Uso Sostenible tiene por objeto reducir los riesgos potencial del uso de fitosanitarios, de manera que sea coherente con la necesaria protección de los cultivos. Asimismo, esta norma establece, a la hora de autorizar un producto fitosanitario, que prevalezca la protección de la salud de las personas y animales y el medio ambiente, frente a la propia protección de las plantaciones.
Definir sus directrices fundamentales
Dado que la pasada primavera se aprobó lo que se denomina estrategia comunitaria para el uso sostenible de plaguicidas, que no es otra cosa que una reducción drástica tanto en el número de materias activas que van a quedar disponibles para la agricultura, como en el número de aplicaciones de tratamientos fitosanitarios que se van a poder hacer en los cultivos, se hace necesario definir las directrices fundamentales que aborda esta normativa y dar esas reglas a conocer a todos los profesionales directamente relacionados con este ámbito.
El fin es que todos los países dispongan de estrategias integradas y ecológicamente racionales para la lucha contra las plagas y los vectores; y por tanto, que los aplicadores profesionales que se ocupan del uso de plaguicidas estén convenientemente capacitados y protegidos, así como que sean conscientes de los impactos sanitarios y ambientales que estos acarrean.
A fin de cuentas, se trata de adaptarse a la evolución que el sector agrícola ha sufrido en los últimos años, gracias a los avances proporcionados por la investigación en este campo y las nuevas normativas, de forma que los responsables técnicos de las explotaciones agrarias conozcan los nuevos requisitos a los que le obliga la Directiva europea.
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