Javier Bussons Gordo, profesor de la Universidad de Murcia, es el director de este novedoso curso que intenta “hacer una extensión universitaria al revés de la que habitualmente se hace: hacia abajo, hacia los más jóvenes”. “No hemos querido esperar a que vengan a la Universidad para que la conozcan, este curso intenta acercar la universidad, la ciencia, la química, la física o la matemática a los futuros universitarios, y que sientan que, de alguna manera, pertenecen a la gran familia universitaria”, asegura.
“Queremos que la actividad se parezca lo más posible a un campamento cualquiera, donde sea posible la convivencia, pero donde podamos desarrollar juegos con materiales cercanos sobre los que no nos hemos parado a pensar la ciencia que llevan dentro”.
El curso, que dará comienzo el próximo día 6 de julio en las instalaciones del CEMACAM de Torre Guil, se extenderá hasta el 10, y en él los participantes podrán acercarse a numerosos aspectos de la ciencia a través de experimentos que utilizarán elementos tan cotidianos como el aire o el agua, con los que los organizadores pretenden hacerles comprender algunos de los aspectos más importantes de la ciencia.
Con esta intención participarán profesores de diversos ámbitos científicos, tales como físicos, químicos o biólogos. Pero no serán las charlas las que ocuparán la mayor parte del tiempo, ni mucho menos. Éstas serán un elemento para encauzar y que puedan comprender las actividades, experimentos y juegos que realizarán durante la semana que dura este taller campamento en el que la naturaleza y la ciencia son los reyes.
En la universidad los alumnos tendrán ocasión de conocer la piscina y algún laboratorio, así como realizar experimentos para medir la contaminación del agua en la depuradora del Campus de Espinardo.
La naturaleza será el ámbito fundamental de muchas actividades. En el Majal blanco podrán conocer in situ diversas especies vegetales y animales, así como las rocas y minerales de nuestra región: “Pretendemos que tomen conciencia de la necesidad de la sostenibilidad y de una protección del Medio Ambiente”. En otra zona tan emblemática como el Mar Menor, los alumnos desarrollarán diversas actividades.
Según el director de este curso de la Universidad del Mar, “estas iniciativas resultan novedosas en España, pero no lo son en otros países, como Estados Unidos, donde se tiene conciencia de su efectividad para acercar la universidad a los jóvenes”.
Para Bussons es importante popularizar la ciencia, que los jóvenes comprueben que puede ser divertida. Algo muy importante para alcanzar esta meta “es que desarrollamos las actividades en un entorno natural, y la dinámica en que se aplica es la de un campamento de verano, algo que hace que resulte más atractivo”. Según Bussons, el hecho de que un grupo de alumnos pernocten y convivan durante una semana fomenta la autoestima de los chicos y estimula el trabajo en equipo.
Creatividad y ciencia
En esta tarea de tirar por tierra determinados prejuicios que sitúan la ciencia como algo inalcanzable y lejano, se sitúa diariamente en el curso unos “momentos para la creatividad”, en los que no hay nada preestablecido: “Se trata –comenta Bussons- de que los alumnos den rienda suelta a su propia creatividad, y que lo hagan a partir de actividades que les guste practicar: música, audiovisuales, pintura, escribir en la revista del curso…”, “queremos unir –añade- naturaleza y arte, romper la barrera que hay entre ciencia y humanismo, que los chicos comprendan que todo está relacionado”.
Y para que todo sea redondo, el último día, después de acercarse al universo de las cosas infinitesimales a través de la nanociencia, los alumnos podrán exponer todo lo aprendido en un Congreso pensado a su medida, en el que podrán mostrar sus experiencias y descubrimientos en una semana que promete ser apasionante.
En definitiva, el curso pretende que los jóvenes adquieran una cultura científica adecuada a la sociedad actual, transmitir la idea de que la ciencia, los descubrimientos que han hecho progresar a la humanidad son un tarea colectiva, así como inducir a la reflexión sobre algunas de las preguntas fundamentales que se ha hecho el ser humano a través de la historia; ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿hacia dónde voy?.
Esas son las metas, pero el taller-campamento ofrecerá más cosas a quienes lo cursen, entre ellas la posibilidad de olvidar durante unos días los condicionantes tan rígidos de la ciudad, “apreciar, en el año internacional de la Astronomía, esa ventana que tenemos al universo que es el cielo, y que se paren a hacerse preguntas”.
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