Los alpinistas comentan estar muy contentos tras reducir a casi la mitad la larga marcha de aproximación que en principio tenían prevista para 11 o 12 días. Manifiestan encontrarse bien pero con el malestar propio del proceso de aclimatación a la altura. No en vano, el Cambo Base del Makalu es el más alto de los que se instalan para escalar los 14 ochomiles de la tierra.
Hasta el momento han registrado temperaturas de 16 grados bajo cero. La climatología les ha sido adversa, padeciendo todas las tardes tormentas con aparato eléctrico con lluvia, granizo y nevadas, lo que les ha hecho muy sufrida la marcha de aproximación.
La aproximación a la montaña comenzó con un vuelo en una equeña avioneta de 18 plazas desde Katmandú a Tumlingtar donde se aterrizó en un diminuto aeródromo de tierra sin instalaciones que han sido acrobáticamente robado a la montaña. Los murcianos tuvieron suerte, pese a las complicaciones por la falta de visibilidad en el vuelo, pues otros grupos hacia otras montañas vieron cancelados sus vuelos en repetidas ocasiones.
El itinerario a pie hacia la montaña discurre por una de las zonas más salvajes e inhóspitas de Nepal, ocupadas por el Barun National Park, reserva integral de la naturaleza que asciende desde los 500 a los 8463 metros del Monte Makalu, pasando desde un clima tropical y selvático hasta la alta montaña extrema. Este excepcional intervalo altitudinal alberga 300 especies diferentes de flora catalogadas, entre ellas 25 de los 30 tipos de rododendro de los existentes en Nepal. Entre la fauna destacan el oso del himalaya, leopardo de las nieves, panda rojo y más de 400 especies de aves.
Las comunidades humanas que habitan los valles inferiores viven en aldeas suspendidas de las montañas sin redes de comunicación ni electricidad. Son de diferentes etnias entre las que destacan Rai, Sherpa y Bhotia, que viven de una agricultura y ganadería de subsistencia.
Los murcianos contrataron 23 porteadores de la raza Sherpa que les han ayudado a transportar todo el material hasta el campo base. El peso total que acarrean los expedicionarios ronda los 500 kg.
Relatan los montañeros que la marcha de aproximación ha sido muy dura, pues han tenido que pasar por zonas selváticas con mucho calor y enlazar continuas subidas y bajadas para cambiar de valles y continuar ascendiendo por varios puertos de alta montaña, donde padecieron nieve y tormentas. El esfuerzo físico ha sido intenso debido a la lenta aclimatación a la altura hasta alcanzar los 5700 m.
Por fortuna, todo el equipo ha llegado en perfecto estado, y gracias a haber enlazado varias jornadas, acumulando grandes distancias y desniveles, han conseguido situarse en el Campo Base en menos días de los previstos y en unas condiciones físicas bastante aceptables, aunque necesitan unos días de descanso para recuperarse y consolidar el proceso de aclimatación.
“La vista del Makalu desde el campo base es impresionante, la montaña parece que se nos cae encima. Realmente estamos ante un reto que va a ser difícil de alcanzar”.