Nota remitida por Izquierda Unida + Los Verdes en el Ayuntamiento de Murcia:
La cesión, por 40 años, fue acordada el pasado 3 de septiembre por la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Murcia en el marco de su política de cesiones de suelo público a entidades privadas. En este caso la beneficiaria es la fundación O'Belén, presidida por el ex candidato a la alcaldía de Sigüenza por el Partido Popular Emilio Pinto Rodríguez.
La parcela tiene 5.815 m2 y se encuentra en Nueva Condomina. Su destino sería la construcción de un centro terapéutico para menores con trastornos de la conducta, siguiendo el modelo que tienen implantado en otras comunidades autónomas.
Pues bien, esta Fundación Internacional O´Belén (FIOB), constituida en 1999 como fundación benéfico asistencial, es una de las principales cuestionadas y sin duda la peor parada del reciente informe emitido por el Defensor del Pueblo sobre Centros de Protección de Menores con Transtornos de conducta y en situación de dificultad social. De este informe -que ha analizado 56 centros- destaca de forma muy singular y significativa la situación de aquellos que dependen de O'Belén y siempre en los aspectos más negativos.
Sin entrar en otro tipo de valoraciones sobre las noticias que estos días recogen con detalle los medios de comunicación, la lectura de este informe, suficientemente avalado y contrastado por proceder de la institución del Defensor del Pueblo, ofrece a nuestro juicio elementos suficientes como para que desde el consistorio dé marcha atrás a la cesión realizada en su día, por no ajustarse los métodos de esta entidad a los objetivos sociales y educativos que deben de perseguirse con los menores. Recordamos además que esta fundación acumula 17 denuncias y que se ha cerrado uno de los centros por ella gestionado como consecuencia precisamente de las graves irregularidades.
Por todo ello, en el próximo pleno de febrero, el grupo de IU+LV pedirá no se efectúe la cesión a una entidad que no ofrece ninguna garantía y está gravemente cuestionada por la atención que ofrece a los menores.
Información complementaria sobre los centros de la Fundación O'Belén extraída del Informe del Defensor del Pueblo.
Los centro de de O'Belén analizados son Casa Joven (Guadalajara), Ntra. Sra. de la Paz (Cuenca), Baix Maestrat (Castellón) y Cango (Tenerife), Picón de Jarama (Madrid) y el antiguo centro Tetuán, cerrado desde julio de 2007.
El informe destaca el abandono y deterioro general de las instalaciones, la falta de limpieza, la falta de zonas de esparcimiento o deportivas o el carácter claustrofóbico y el estilo “carcelario” que impera en estos centros, con rejas y puertas de seguridad que sólo pueden abrir el personal del centro, puertas en los dormitorios de los menores no se pueden abrir desde dentro y permanecen cerradas toda la noche sin que dispongan de interfonos para casos de urgencia.
En el análisis de las llamadas salas de contención o aislamiento de la de Casa Joven se dice que es “siniestra, de reducido tamaño y no tiene ventana, estando las paredes recubiertas de una goma negra que desprende un olor muy fuerte y desagradable, casi irrespirable”. En Nuestra Señora de la Paz (Cuenca), la sala “es también tétrica, se encuentra forrada íntegramente con goma negra (a modo de “abrazo psicológico”, según refiere la Dirección) y tiene una ínfima ventana y una cámara de vigilancia”.
En cuanto a los proyectos y métodos educativos, el informe diferencia los centros cuyo objetivo es principalmente integrar a los menores en un entorno “normalizado” y crear un ambiente familiar, y aquellos otros que, por el contrario, establecen un sistema rígido y cerrado, en el que prevalecen las normas y restricciones. Los centros de O'Belén se enmarcan en el segundo grupo. También destaca otras deficiencias en la integración en el sistema escolar, falta de salidas recreativas, alimentación, falta de personal especializado...
Sobre todo los centros de O'Belén se llevan la palma en el apartado de sanciones arbitrarias y especialmente agresivas. El informe refleja irregularidades de los Reglamentos de Régimen Interior, el uso de sanciones degradantes, uso habitual de las “collejas educativas”, el abuso del recurso al aislamiento. El informe recoge un el escrito que les hicieron llegar un grupo de educadores de Casa Joven en el que señalan que “Muchas de las intervenciones educativas no son adecuadas, llegando a constituir un maltrato psicológico y en ocasiones también físico. Se abusa cotidianamente de la contención física y casi nunca se realiza de manera adecuada, poniendo habitualmente en grave riesgo físico al menor..., en muchos casos, las contenciones se usan como modo de imponer límites, de castigar, o de demostrar una supuesta superioridad del educador.... –casos de educadores de casi dos metros y más de cien kilos que contienen a una menor de 14 años durante más de una hora inmovilizándola tres veces en el suelo, recién fregado con lejía, sin que la conducta de la niña fuera un riesgo para sí misma ni para los que la rodeaban-. Tras las contenciones, ningún médico revisa el estado de los menores”.
También se refieren al aislamiento como “estrategia usada de forma igualmente abusiva y puede hacerse en lugares tan inadecuados como los lavabos, donde un menor puede pasar horas (el número depende de circunstancias ajenas del todo a la conducta inadecuada que éste haya realizado), como por ejemplo, por haber eructado... los menores son encerrados solos y sin que puedan realizar ninguna actividad ....a pesar de que En el reglamento que rige los centros se especifica que las separaciones de grupo deben ser controladas por la supervisión constante de un educador, han de estar acompañadas por actividades educativas y tener dos horas al aire libre, condiciones que el centro incumple de forma sistemática. Durante las separaciones de grupo, varios menores se han autolesionado. Esta situación es especialmente grave si atendemos a las sanciones que pueden llegar a los siete días de separación de grupo, según la normativa vigente en el centro. Huelga decir que ello incumple las reglas mínimas para la protección de menores privados de libertad, de Naciones Unidas, del año 1990”.
La valoración negativa de de los propios menores también destaca en los centros de O'Belén. con la única excepción del centro de Tenerife. Los atentados contra su intimidad, los castigos desproporcionados o arbitrarios y el establecimiento de un régimen casi carcelario y poco educativo hacen que valoren su estancia en estos centros como poco positiva.
Y también se llevan la palma estos centros en la acumulación de denuncias por lesiones provocadas a menores como consecuencia de episodios de violencia ejercidos por empleados de estos centros y por producirse varios casos de gravedad de autolesiones e incluso una tragedia consumada con la muerte de un niño de 13 años.
Finalmente el informe recoge a modo de epílogo las palabras de un niño que, durante la entrevista mantenida con él en el centro en que se hallaba acogido, nos decía lo siguiente: “Cuanto más violentamente me tratan, más violento me vuelvo” y “Cuanto mejor me tratan y más querido me siento, más hago por portarme bien”.