El consejero de Cultura y Turismo, Pedro Alberto Cruz, visitó hoy la Iglesia de San Juan de Dios de Murcia tras las obras de restauración que, con una inversión de 969.000 euros, comenzaron durante el mes de agosto y finalizaron en diciembre de 2008. Han acompañado al consejero el director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, Enrique Ujaldón, el arquitecto encargado de las obras, Juan de Dios de la Hoz, el director del Museo de Bellas Artes de Murcia, del que depende San Juan de Dios, Juan García Sandoval, y la encargada del espacio, Elisa Franco.
La Iglesia, que será una de las sedes de la exposición antológica de Antonio Campillo que organiza la Consejería de Cultura en colaboración con el Ayuntamiento de Murcia y Caja Mediterráneo, ha ampliado su espacio expositivo para mejorar las condiciones de las piezas con la puesta en valor del edificio e incrementar también la calidad de los aspectos relacionados con la celebración de conciertos, principalmente de música clásica y barroca. Además, las obras han permitido la documentación de un oratorio musulmán de la segunda mitad del siglo XII, en el que se sigue trabajando y que permitirá, según Cruz, “una visita impactante que conectará dos culturas aparentemente alejadas entre sí, pero que en el hilo del tiempo adquieren muchos lazos de unión como era la barroca y la islámica”.
Los trabajos, dirigidos por el arquitecto Juan de Dios de la Hoz y ejecutados por la Empresa Azuche 88, han permitido la eliminación de las patologías detectadas, así como mejorar los acabados, instalaciones y la recuperación tanto de las fachadas como del interior del conjunto monumental, que incluye, por ejemplo, un sistema electrostático para asegurar el alejamiento de las palomas con una serie de rápidos impulsos de tensión sin apenas consumo de corriente, con una duración ilimitada y sin causar ningún daño al animal.
Además, en paralelo a las obras, ha sido posible documentar estructuras edilicias árabes en torno a un Mihrab u oratorio islámico vinculado al primitivo alcázar y una Rawda o panteón familiar, realizados todos ellos por el equipo de arqueólogos constituido por José Antonio Sánchez Pravia y Luís A. García Blánquez. Este oratorio bajo San Juan de Dios se construyó en el tercer cuarto del siglo XII, durante la etapa de gobierno de Ibn Mardanish, y su vida como escenario religioso finalizaría con la llegada castellana a Murcia y la consiguiente toma del alcázar en 1243, ya en etapa mudéjar.