La elección de itinerario de las alumnas de Informática está más influida por sus estudios previos que por la dificultad de las asignaturas
Las especializaciones escogidas confirman el interés de las mujeres por la programación
Durante el curso 2021-2022, los hombres eran clara mayoría en las aulas del grado de Ingeniería Informática en España. De acuerdo con el informe Igualdad en cifras, publicado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, las alumnas sumaban solamente el 14,1 % del total del estudiantado.
Esta cifra pone de manifiesto una realidad bien conocida: la presencia de las mujeres en las disciplinas STEM —ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés— es muy baja. A partir de aquí, ¿qué sucede en las aulas? ¿Hay diferencias de rendimiento y de especialización entre mujeres y hombres?
Estas son algunas de las preguntas que se han planteado los investigadores del STEAM University Learning Research Group (EduSTEAM), Julià Minguillón y Maria Jesús Marco-Galindo; Elena Planas, del grupo SOM Research Lab del Internet Interdisciplinary Institute (IN3), y Josep Maria Marco-Simó, quienes también forman parte del profesorado de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Los investigadores han publicado en abierto el trabajo académico ¿En qué se diferencian las graduadas de los graduados en su trayectoria en el Grado en Ingeniería Informática? El caso de la Universitat Oberta de Catalunya, premiado en las Jornadas sobre la Enseñanza Universitaria de la Informática (JENUI 2023).
Entre sus conclusiones, la investigación destaca que las mujeres se incorporan al grado de Ingeniería Informática con más estudios previos que sus compañeros, tienen un rendimiento ligeramente superior y escogen itinerarios diferentes.
Más experiencia previa y mayor rendimiento
Existen numerosos trabajos que analizan la brecha de género en los estudios de Informática, pero no tantos sobre el desempeño de las graduadas durante su paso por la universidad, como es el caso del artículo científico de los investigadores de la UOC que muestra la realidad en el caso de esta universidad.
Las diferencias comienzan con el propio perfil del estudiantado: las mujeres se incorporan con una titulación universitaria previa (iniciada o finalizada), mientras que los hombres acceden más desde ciclos formativos de grado superior. Esto, de acuerdo con los autores del estudio, condiciona en parte las elecciones de itinerario.
Otra interpretación permite señalar que el hecho de que las mujeres cuenten con una titulación previa favorece que empiecen Ingeniería Informática más preparadas o, al menos, con una mayor experiencia académica. "Las mujeres obtienen mejores notas en general, especialmente en el itinerario más teórico (el de computación), y se gradúan un semestre antes que los hombres. Esto último se debe en parte a que tienen más asignaturas convalidadas al disponer de más estudios previos", explican los autores.
Diferencias de itinerarios
De conformidad con el estudio, la dificultad de las asignaturas no influye de forma relevante en la elección del itinerario por parte de las alumnas. Sí lo hace, sin embargo, el número de asignaturas que les quedan por cursar según las convalidaciones y la realidad del "techo de cristal". Es decir, el hecho de que ellas elijan menos itinerarios orientados a conseguir puestos de dirección y responsabilidad dentro de las organizaciones, como el de Sistemas de información, encaja con la dificultad que presenta en muchos casos ser mujer en este tipo de cargos.
Además, los resultados de la investigación de la UOC muestran una diferencia marcada entre los itinerarios elegidos por las alumnas y por los alumnos. La mayoría de las mujeres eligen el itinerario de Ingeniería de software, enfocado a la creación de soluciones, aplicables a la vida de las personas. La elección de los hombres está más repartida, aunque destaca la vía de Sistemas de información.
"Las mujeres optan por itinerarios más relacionados con el desarrollo de aplicaciones y la interacción con el usuario, es decir, 'del ordenador hacia afuera', mientras que los hombres suelen escoger las líneas que tienen que ver con el hardware y el desarrollo de sistemas, 'del ordenador hacia dentro'", señalan los investigadores.
Poner fin a estereotipos
El estudio de la UOC contradice dos falsas creencias: que las mujeres no tienen buenas capacidades para estudiar Informática y que no les gusta programar. De acuerdo con los autores del trabajo, poner de relieve esta realidad es fundamental para promover la igualdad, la diversidad y la innovación en el ámbito universitario.
"Al cuantificar e identificar barreras, prejuicios y disparidades, podemos crear un entorno más inclusivo donde mujeres y hombres tengan iguales oportunidades de acceso. Además, abordar las diferencias de género ayuda a establecer modelos a seguir, a plantear cambios en políticas, a la competitividad global y a crear una sociedad más justa y equitativa", concluyen.
Igualmente, las diferencias entre mujeres y hombres en los estudios tecnológicos están relacionadas con valores ligados a los roles de género que, según Milagros Sáinz, investigadora líder del grupo de Género y TIC (GenTIC) del IN3, se transmiten a unas y a otros.
"La brecha de género en estudios de ciencia y tecnología es un fenómeno complejo, cuyas raíces están relacionadas con una sociedad sustentada en valores ligados a los roles y estereotipos de género, transmitidos a través de un proceso de socialización diferente para los hombres y para las mujeres", explica Sáinz.
"Se espera que los hombres sean asertivos, competitivos, incluso agresivos, o que aspiren a interesarse por los objetos. De las mujeres se confía en que expresen de forma correcta sus emociones, que se interesen por las personas o que les guste ejercer los cuidados de otras personas en nuestra sociedad", añade la investigadora.
Este estudio de la UOC muestra las diferencias observadas entre hombres y mujeres, pero no profundiza en las razones que llevan a unos y a otras a tomar sus decisiones. De este modo, deja la puerta abierta a futuras investigaciones que contribuyan a clarificar las causas de la desigualdad y permitan afrontarlas y, quizás, derribarlas.
Esta investigación favorece los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la ONU: 4. Educación de calidad y 5. Igualdad de género.