Un sistema generado por el investigador de la UOC Pablo Rey para su tesis doctoral permite entender mejor las dinámicas entre el discurso mediático y la opinión pública
El análisis durante once años de la cobertura de los casos de corrupción en España certifica la polarización de los medios y permite visualizarla
La información recogida demuestra que la actividad en las redes continúa determinada por los medios de comunicación tradicionales
El investigador de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Pablo Rey Mazón ha diseñado un método y un conjunto de herramientas para capturar y procesar la información que generan los medios de comunicación de manera mucho más detallada y precisa que los existentes hasta el momento. Este sistema, desarrollado en su tesis para el Programa de Doctorado en Sociedad de la Información y el Conocimiento de la UOC, incluye diferentes programas creados específicamente para recoger, analizar y visualizar el espacio asignado en las portadas de los medios impresos, digitales y audiovisuales a los temas más candentes, como los casos de corrupción, y poder estudiar así su impacto posterior en la opinión pública.
Rey ha recopilado miles de portadas de periódicos de papel, un millón de portadas digitales y millones de tuits para entender las dinámicas de este complejo proceso y establecer cómo se pueden visualizar estos flujos de información. El trabajo se ha concretado en la tesis Color of corruption. Visual evidence of agenda-setting in a complex mass media ecosystem, defendida recientemente con éxito y merecedora de un sobresaliente cum laude. La tesis, publicada en abierto, ha sido dirigida por el experto en TIC y sociedad, Ismael Peña-López.
Surgido del MIT
El proyecto de investigación sobre la cobertura de la corrupción en los medios de comunicación en España comenzó en 2011, cuando Pablo Rey estaba de visiting scientist en el MIT Center for Civic Media. Tuvo como origen el estudio de los periódicos españoles mediante el software PageOneX que estaba desarrollando por entonces para medir el espacio que los medios dedicaban en sus portadas a los asuntos más relevantes de la actualidad. En 2015, el proyecto tomó un nuevo rumbo cuando pasó a ser la base del doctorado en la UOC y se expandió a otros canales del ecosistema de medios, como las páginas de inicio de los diarios digitales, los telediarios y Twitter (ahora X).
Para ello, Rey ha desarrollado nuevas herramientas de captura, archivo y visualización de información. En concreto, el programa Homepagex, que almacena y analiza las páginas de inicio de los medios digitales y crea una base de datos con sus actualizaciones hora a hora, y VerbaR, que estudia los contenidos de los telediarios a partir de sus transcripciones.
"Una de las contribuciones fundamentales de mi trabajo es metodológica, porque propongo nuevas maneras, más detalladas y precisas, de recoger y procesar las noticias que los medios de comunicación publican por sus diferentes canales", explica el investigador.
¿Cómo se establece la agenda mediática?
Con las nuevas herramientas, el investigador ha podido estudiar cómo se comportan los diferentes canales de información ante un mismo escándalo de corrupción, como por ejemplo el máster de Cifuentes o los papeles de Bárcenas, y ha comprobado que proceden de manera similar y sincrónica, al mismo tiempo que la prensa escrita mantiene todavía un papel importante en la dirección de la opinión pública. En concreto, ha documentado cómo en el actual ecosistema de medios las portadas son un buen resumen de la agenda del día previo, en vez de marcar los temas más importantes de la jornada.
En este sentido, la tesis apunta una presencia muy fuerte de los medios de comunicación como reguladores del discurso en Twitter (X). Prácticamente la mitad de los tuits relacionados con un escándalo de corrupción (el 47?%, según una estimación conservadora) están directamente relacionados con los medios de comunicación, ya que incluyen enlaces a sitios de noticias o los han publicado medios de comunicación o sus periodistas.
Así pues, aunque Twitter consigue dirigir muchas veces la atención hacia un tema no fijado por los medios de comunicación tradicionales, es necesario que estos lo traten para que se amplifique su alcance y llegue a más personas.
Gracias a estudios longitudinales y en detalle que comparan la cobertura mediática con los barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), Rey ha comprobado que alargar en el tiempo el seguimiento periodístico sobre un tema tiene efecto en la opinión pública, pero todavía tienen más impacto, tanto a corto como a largo plazo, los periodos de cobertura muy intensa por parte de todos los medios.
Un ecosistema sincronizado
Los resultados del estudio pormenorizado de la cobertura de un escándalo de corrupción muestran por un lado una gran sincronización entre todos los canales estudiados (periódicos, televisión, Twitter y búsquedas en Google) cuando se analizan día a día, y por otro, cómo a lo largo del día esa sincronización crece a medida que cada cabecera sigue y aprende lo que hacen las otras.
"Los grandes eventos dejan un poso en la memoria colectiva que tiene que ver con el volumen de información recibida", explica Rey después de haber investigado el impacto a corto y largo plazo de la agenda de los medios en la opinión pública y de cómo se perciben y se olvidan las portadas de los periódicos.
En ese sentido, el estudio de más de una década de tratamiento mediático sobre la corrupción ha permitido dibujar en España un escenario con medios muy polarizados y partidistas, cuyas coberturas tienen que ver con la ideología de sus lectores. "Hemos analizado y comprobado con datos que los medios tienen una cobertura más favorable hacia los partidos más votados por sus lectores habituales", explica Pablo Rey.
Parte importante de su tesis ha consistido en cómo presentar gráficamente toda esta información, pero también destaca la importancia de dejar el software desarrollado y las bases de datos recopiladas a disposición de otros investigadores para futuras investigaciones. "Así es como entiendo que debería ser el método científico", argumenta.
Esta investigación de la UOC favorece el objetivo de desarrollo sostenible (ODS) número 11 de las Naciones Unidas, ciudades y comunidades sostenibles.