El público principal son los jóvenes de la generación Z
El 60% de los usuarios de Netflix ha consumido algún tipo de contenido coreano
Primero, las historias de amor provenientes de América Latina; después, las turcas, y ahora las coreanas. En España el género de la telenovela ha conseguido grandes audiencias y ahora se adentra en el continente asiático. Pero es un fenómeno global. Según Netflix, en solo cuatro años —entre 2018 y 2022— la cantidad de visualizaciones globales de los romances coreanos de Netflix se triplicó. ¿Por qué nos enganchan las telenovelas amorosas? "Los estudios dicen que la pandemia nos hizo inclinarnos de manera natural hacia las historias reconfortantes que nos hicieran sentir bien. En general, el público de este tipo de narrativas, que tienden a especializarse según el nicho al que se dirigen, es muy transversal. Ahora, el segmento más emergente es el de los zetas, que están pulverizando registros de este género tanto en Netflix como en Prime, dos de las plataformas que más invierten en desarrollar formatos de este tipo", explica Elena Neira, profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Enamorados de los contenidos coreanos
Los dramas amorosos coreanos reciben el nombre de k-dramas. Se engloban en un fenómeno que se conoce como la ola coreana o Hallyu y han llevado a un mayor interés en la cultura y el entretenimiento coreanos. Según el director general de Netflix, Ted Sarandos, el 60% de los usuarios de su plataforma han visto algún título coreano. En lo que se refiere al género romántico, solo en 2022 más del 90% de estos visionados provenían de lugares fuera de Corea del Sur. ¿Estamos en un proceso de acercamiento a la cultura asiática? "El k-drama es un fenómeno claro de globalización. Gozaba de buenas estadísticas entre los inmigrantes de segunda y tercera generación, pero el impulso definitivo ha venido de la mano de las plataformas de reproducción en continuo globales, que han acercado este contenido a los hogares", explica Neira. Algunos de estos contenidos cuentan con la participación de estrellas del k-pop —el pop coreano, que cuenta con millones de seguidores—, que repercuten positivamente en estos títulos. Además, la influencia de las redes sociales y las comunidades en línea ha desempeñado un papel importante en la difusión de los k-dramas.
De hecho, en abril, Netflix anunció que invertiría 2.500 millones de dólares en Corea en los próximos cuatro años, tanto en series de televisión como en películas y programas no guionizados.
Un amor a largo plazo
Aterrizaje de emergencia en tu corazón, Woo, abogada extraordinaria o Propuesta laboral son algunos de los títulos que más adeptos al amor coreano han tenido. "Son historias universales con una factura visual impecable y bien desarrolladas narrativamente. En general, tienen formato de miniserie, lo que evita que languidezcan por estirarlas innecesariamente", detalla Neira.
Netflix presentará seis nuevas series románticas coreanas en los próximos cinco meses. "La producción coreana se ha convertido en un eje estratégico de la reproducción en continuo. Es una industria potente con capacidad para producir a gran escala. Eso, unido a la gran viajabilidad internacional que tienen los contenidos, explican semejante nivel de apuesta", explica Neira. La disponibilidad de subtítulos y doblajes en varios idiomas ha permitido que estos programas derriben barreras idiomáticas entre los espectadores de todo el mundo. De hecho, cuando El juego del calamar, una de las series de televisión coreanas más famosas de la trayectoria de Netflix, se estrenó, provocó un récord de ventas de chándales verdes (los que llevan los personajes principales) en Estados Unidos y un aumento de las ventas de zapatillas Vans (que también visten los personajes) de casi un 8.000?%. Según los expertos, no se prevé un cambio de rumbo en los próximos años. "Netflix es la plataforma que está marcando la hoja de ruta y ha incrementado de forma notoria el presupuesto en este territorio, así que no veo razón alguna que anticipe un apalancamiento de la tendencia; al contrario", concluye Neira.