Cobraban hasta 400 euros a cada migrante por proporcionar documentos falsos o de otras personas con características físicas similares –método look alike-
La investigación policial comenzó en el mes de marzo del año pasado cuando se detectó en la localidad de Tortosa la presencia de un entramado criminal de origen pakistaní especializado en la falsificación y tráfico de documentos falsos.
400 euros por tarjeta de residencia
Las pesquisas realizadas por los agentes a partir de ese momento permitieron constatar que la organización se dedicaba a facilitar documentación falsa a migrantes en situación irregular para poder formalizar contratos de trabajo en diferentes zonas agrícolas ubicadas en poblaciones limítrofes de Tortosa. Para ello, y previo pago de cantidades que podían ascender a los 400 euros, los migrantes recibían una tarjeta de residencia falsa elaborada por la organización o bien la tarjeta de otra persona con rasgos físicos parecidos, método conocido como look alike.
El entramado desarticulado contaba con una estructura bien definida en la que las funciones de cada miembro estaban claramente delimitadas entre las tareas de captación, alojamiento y traslado. Los servicios de alojamiento y manutención en domicilios gestionados por la red criminal, así como el traslado hasta los lugares de trabajo, no estaban incluidos en los pagos iniciales abonados por los migrantes, lo que suponía para ellos desembolsos monetarios complementarios.
Más de 100 personas al día
La organización contaba con una capacidad logística elevada para trasladar diariamente a los migrantes a los diferentes campos de trabajo. Así, a lo largo de la investigación, los agentes han podido confirmar que contaban con un número de furgonetas y conductores suficientes para transportar a más de 100 personas al día.
El dispositivo policial final desarrollado en la localidad de Tortosa, en el que han participado más de 100 agentes de Policía Nacional, se ha saldado con 22 personas detenidas y dos registros domiciliarios en los que se ha incautado 30.000 euros en metálico, dos vehículos, una impresora láser, varios pasaportes de diferentes nacionalidades y diferente documentación relevante para la investigación.