La organización atiende a niños y niñas en riesgo en 31 países afectados por conflictos, desastres naturales o migraciones.
Los objetivos principales de sus Programas de Respuesta de Emergencias son la protección de la infancia, la reunificación de las familias y el apoyo psicológico y social.
Con motivo del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, Aldeas Infantiles SOS hace balance de sus Programas de Respuesta de Emergencias y estima que a través de ellos sus equipos atendieron en 2022 a un total de 1.386.400 personas, de las cuales 792.700 eran niños, niñas o adolescentes. La organización recuerda que en el actual contexto mundial se han superpuesto varias crisis simultáneas que han impactado de forma directa en la vida de la infancia y adolescencia más vulnerable.
A lo largo de 2022, Aldeas Infantiles SOS apoyó a niños, niñas y familias en riesgo afectadas por conflictos, desastres naturales o migraciones en 31 países. En total, la organización atendió a través de 61 Programas de Respuesta en Emergencias a 1.123.200 personas en África, 8.100 en América, 89.600 en Asía y Oceanía, y 165.500 en Europa. Los objetivos principales de estos programas son la protección de la infancia, la reunificación de las familias y el apoyo psicológico y social.
Tener presencia en 138 países permite a Aldeas Infantiles SOS actuar con agilidad ante cualquier catástrofe, desastre natural o conflicto armado para proteger a la infancia y velar por la unión de las familias. Además, la organización capacita a sus profesionales para que puedan anticiparse a una posible emergencia y ofrecer una respuesta adecuada de forma ágil y eficaz.
Se trata de prestar la asistencia humanitaria que se necesite en cada contexto para proteger a los niños y las niñas más vulnerables, especialmente a aquellos que se han visto separados de sus padres o que están riesgo de estarlo. Para ello, sus equipos contribuyen a la reconstrucción de hogares y escuelas, suministran alimentos y artículos de primera necesidad y ofrecen refugios temporales a niños, niñas y familias. Además, cuentan con servicios de apoyo psicosocial y de salud mental.
Esta labor se complementa con una presencia a largo plazo una vez superada la emergencia. "Los niños y niñas necesitan protección especial y apoyo antes, durante y después de las emergencias. Por eso, desde Aldeas sabemos que la acción humanitaria después de un desastre no es suficiente y que hay que seguir acompañando a estos niños y a sus familias hasta que logren superar sus dificultades", afirman desde Aldeas Infantiles SOS.
Este acompañamiento estable y a largo plazo ha dotado a la organización de un profundo conocimiento sobre las necesidades de los niños, niñas y sus familias, y de una red de colaboradores nacionales e internacionales que le permite responder de forma inmediata cuando se produce una catástrofe.
Algunas zonas del Cuerno de África y el Sahel están sufriendo la sequía más larga de la que se tiene constancia. Esto, combinado con la inseguridad y la elevada inflación en muchos lugares, ha provocado una grave crisis alimentaria. "En una región en la que los principales medios de subsistencia son la agricultura y la ganadería, el cambio en los patrones meteorológicos debido al cambio climático está teniendo una serie de consecuencias catastróficas en la que los niños y niñas son los más afectados", afirma el director de Aldeas Infantiles SOS en Somalia, Abdikadir Dakane. En concreto, solo en el Sahel Central, se estima que más de siete millones de niños y niñas sufrirán pronto hambre severa.
Para contribuir a paliar esta situación, Aldeas Infantiles SOS lleva a cabo estrategias inmediatas y a medio y largo plazo, entre ellas, mejorar el acceso a servicios sostenibles de agua, saneamiento e higiene, y garantizar la cobertura de necesidades básicas como la alimentación. Además, proporcionan cuidados alternativos provisionales a los niños y niñas, así como alojamiento temporal, servicios de salud mental y apoyo psicosocial tanto a ellos como a sus familias.
Aldeas también ayuda a las comunidades afectadas por la sequía a fortalecer los medios de subsistencia de la población y apoya la creación de asociaciones comunitarias de ahorro y préstamo que les ayuden a iniciar actividades generadoras de ingresos individuales y colectivos.
Un compromiso humanitario adaptado a la situación actual
En todo el mundo se están produciendo múltiples crisis simultáneas. La pandemia covid-19, la subida de precios de la cesta de la compra, conflictos bélicos como la guerra de Ucrania y la emergencia climática son algunos ejemplos recientes de ello. "Fuertemente interconectadas, estas crisis han empeorado las condiciones de vida de los grupos más vulnerables y están impactando especialmente en la vida de millones de niños, niñas y adolescentes, sobre todo en aquellos que han perdido o están en riesgo de perder el cuidado de sus padres", afirma Aldeas Infantiles SOS.
Por ello, en el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, la organización se suma a la campaña de Naciones Unidas #EstamosAquí para reconocer el compromiso de los trabajadores y trabajadoras humanitarios que se adaptan de forma extraordinaria a los nuevos escenarios de crisis y conflicto que estamos viviendo para apoyar a quienes más lo necesitan.
En concreto, la ONU estima que este año 339 millones de personas necesitarán asistencia y protección humanitaria. Esto significa que una de cada 23 personas en todo el mundo necesitará ayuda de emergencia, una cifra que supone un incremento significativo con respecto a la que se registró en 2022, que era de 274 millones de personas.
Los 31 países en los que Aldeas Infantiles SOS tuvo activos sus Programas de Respuesta de Emergencias en 2022 fueron: Angola, Armenia, Bangladesh, Bolivia, Brasil, Bulgaria, República Centroafricana, Chad, Colombia, República Checa, Estonia, Etiopía, Grecia, Haití, Hungría, Italia, Letonia, Lituania, Madagascar, Malawi, Níger, Pakistán, Palestina, Filipinas, Polonia, Rumanía, Somalia. Somalilandia, Sri Lanka, Sudán y Ucrania.