Señalan con preocupación la creciente popularidad en el entorno de la extrema derecha de "soluciones mágicas que prometen agua sin atender a ningún criterio científico".
Consideran que "es prioritario reducir la demanda de regadío en el Levante y no poner en mayor riesgo el Delta del Ebro, un espacio natural único y de vital importancia para nuestras costas mediterráneas, como ha ocurrido ya con el Mar Menor y el Tajo"
Santiago Abascal volvió a manifestar sus intenciones el pasado sábado en Madrid. El objetivo del líder de la extrema derecha es evitar que "se sigan tirando al mar hectómetros y hectómetros del agua que nuestro pueblo necesita". Es decir, su objetivo es atentar contra el ciclo del agua, que parece no comprender.
"Palabras huecas, promesas vacías que sólo generan confusión en la gente que les cree a pies juntillas y se piensa que la solución a todo es fácil", explica la presidenta de la Asociación de Municipios Ribereños, María de los Ángeles Sierra.
Desde VOX pretenden resucitar un rimbombante Plan Hidrológico Nacional con el cual se refieren sencilla y llanamente a construir más trasvases, en especial un hipotético trasvase del Ebro. Una construcción que no tumbó Zapatero, sino la Unión Europea porque atenta directamente con la Directiva Marco del Agua y era un absurdo en términos económicos cuando el del Tajo no ha sido amortizado todavía en más de 40 años fruto de unos cálculos excesivamente optimistas.
"Comprometen la supervivencia de un ecosistema único, como es el Delta, sin tener en cuenta las consecuencias medioambientales y económicas, sin pararse a calcular las perdidas que ocasionaría a medio y largo plazo para la pesca y el turismo nacional", explica el vicepresidente, Borja Castro. "Parten de un grave problema de desconocimiento, suponiendo que el agua que va al mar de pierde y lejos de avergonzarse, prometen soluciones mágicas sin ningún criterio técnico más que su propia percepción de la realidad; malo en un ciudadano, peligrosísimo en un representante político".
Desde la Asociación de Municipios Ribereños rechazan tajantemente la posibilidad de disminuir el envío de aguas del Tajo en base a un trasvase del Ebro y reclaman apoyo a los ciudadanos y colectivos que defienden el Ebro: "somos la primera línea de defensa del Ebro, como lo somos también del Mar Menor; decir no al trasvase Tajo-Segura es decir no a un modelo depredador de recursos que prima el beneficio económico de una minoría por encima del beneficio de la sociedad española".