La capacidad para trabajar en equipo se impone aún más con el teletrabajo
Aumentan los programas de reskilling (aprendizaje de nuevas competencias) y upskilling (aprendizaje continuo de las habilidades más necesarias en cada momento)
La frase "se valorará la capacidad para trabajar en equipo" aparece en muchas ofertas de empleo desde hace décadas. Sin embargo, nunca había sido una cualidad tan valorada como ahora. En la actualidad, los expertos la consideran una de las habilidades con más peso a la hora de elegir al candidato idóneo. Una investigación de Google for Work y Raconteur afirma que el 73?% de los líderes empresariales cree que su organización obtendría más beneficios si sus empleados trabajaran de manera más flexible y colaborativa. Además, las empresas que promueven el trabajo colaborativo tienen cinco veces más probabilidades de tener un alto rendimiento, por lo que la habilidad de saber trabajar en equipo se ha convertido en una capacidad muy demandada.
"Anteriormente ya estaba demostrada la necesidad de desarrollar nuestra competencia social y de trabajo en equipo, pero quizás no era sentida como una necesidad más evidente, como lo es ahora", afirma Mireia Cabero, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). "El desarrollo de las soft skills está siendo una de las prioridades desde hace una década aproximadamente en los retos de los departamentos de Recursos Humanos a través de programas de reskilling (aprendizaje de nuevas competencias) y upskilling (aprendizaje continuo de las habilidades más necesarias en cada momento)".
Coincide en su opinión con Enrique Baleriola, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, que explica que, con el empleo remoto, el trabajo en equipo se ha vuelto más importante aún, si cabe. "El teletrabajo ha reconfigurado el panorama de las relaciones entre las personas: ahora es más fácil y más frecuente tener que tratar con compañeros, clientes u otras empresas donde los equipos son más diversos, ya que el trabajo en remoto permite conectar con personas más diversas, con diferentes culturas laborales y formas de entender las relaciones, necesidades más heterogéneas…", señala.
Además, las necesidades laborales y de las personas también se han redefinido: es más fácil interferir en los horarios laborales de los demás, al igual que se dificulta la capacidad de expresión de los aspectos más informales y personales, como inseguridades u opiniones, debido a que las reuniones son más puntuales y efectivas, continúa Baleriola. "Todo esto da pie a que el trabajo en equipo pueda resentirse y, por tanto, la eficiencia y los objetivos de la organización se vean afectados", afirma.
En consecuencia, el desafío de muchas organizaciones y equipos de trabajo que teletrabajan pasa por encontrar formas de motivar a los equipos en el trabajo remoto, retomar una modalidad de trabajo híbrida donde los procesos más participativos y grupales se desarrollen presencialmente, o encontrar nuevas formas de liderazgo y gestión en este contexto de teletrabajo. "Y para lograrlo, la colaboración entre los empleados es clave", dice el profesor de la UOC.
Sin embargo, esta capacidad no abunda. Según Baleriola, hoy día vivimos en un mundo muy competitivo donde se prima y se promueve el éxito individual, la capacidad que cada uno tiene para desarrollarse a sí mismo y salir adelante con sus propios medios. Y esta deseabilidad social ha hecho que el trabajo en equipo escasee. "Mucha gente no sabe colaborar y pedir ayuda, lo que implica mostrarse vulnerable y dejar de lado la lógica de la competitividad individual, compartir el éxito, delegar tareas, confiar en que el resto de personas harán bien su trabajo, saber motivar al resto de personas, dejarse influir y no imponer un criterio o una decisión", advierte.
Qué habilidades requiere ser un buen colaborador
Mireia Cabero explica que en cualquier profesión la competencia técnica permite leer los retos profesionales y diseñar soluciones ajustadas, pero la competencia transversal, y dentro de ella especialmente la competencia emocional, es la que nos permite ser exitosos en esta lectura y diseño de soluciones. Es decir, mientras "la competencia técnica nos permite el 'qué hacemos', la competencia emocional vinculada a la capacidad de trabajo en equipo determina el 'cómo lo hacemos' socialmente", afirma recordando que los lugares de trabajo son espacios sociales, espacios para la resolución conjunta de retos y la consecución conjunta de resultados.
Como todas las capacidades, la de trabajar en equipo requiere una serie de habilidades. Entre ellas, Cabero destaca ser empáticos, asertivos, saber sostener conflictos, saber resolver conflictos desde la perspectiva del win-win, saber comunicarse afectiva y efectivamente, saber negociar, saber gestionar nuestras emociones en colectivo y las emociones colectivas, saber generar climas emocionales favorables al trabajo en equipo, saber gestionar los tiempos en equipo, saber motivar, saber hacer sentir valiosas a las otras personas, acompañar de una mirada apreciativa la mirada crítica hacia las demás personas, tener una comunicación no violenta… "Trabajar juntos requiere de saber convivir, de tener recursos para una convivencia laboral friendly", afirma.
"Las habilidades más importantes para colaborar y trabajar en equipo son aquellas que en el fondo son más 'humanas': escucha activa, participación, empatía, solidaridad, paciencia, confianza, ser conscientes de que cada persona tiene habilidades, conocimientos y experiencias diferentes...", continúa Enrique Baleriola.
¿Se puede aprender a colaborar?
La buena noticia es que, como toda habilidad psicosocial, se puede aprender. Incluso aunque la mayor parte de la vida laboral haya transcurrido trabajando en solitario. "Al final, todos vivimos en un mundo social, y aunque trabajemos en solitario, tenemos redes familiares, de amistades, o de muchos tipos, con lo cual nadie parte de cero o tiene nulas capacidades de trabajar en equipo", explica Baleriola recordando que la base para desarrollar esas capacidades son habilidades cotidianas y naturales que ya se usan en otros contextos, por lo que solo hay que potenciarlas y aplicarlas al contexto laboral.
Para lograrlo, es importante tener paciencia y ser conscientes de que es una habilidad más para aprender y desarrollar poco a poco. Pero, además, existen formaciones específicas que se pueden realizar, "además de algunos conceptos de la psicología que también podemos estudiar y conocer, tales como qué son los roles y las diferentes clasificaciones existentes, el concepto de liderazgo, la inteligencia emocional o la identidad", afirma el profesor de la UOC.
En cuanto a qué perfiles tienen más posibilidades de desarrollarla, las personalidades empáticas parecen tener más facilidad para hacerlo. Y las mujeres también cuentan con puntos a su favor: en 2021, el estudio McKinsey concluyó que las líderes mujeres tenían aproximadamente el doble de probabilidades de dedicar una cantidad considerable de tiempo a esfuerzos de colaboración que se encontraban fuera de su trabajo formal.
