Ofrecían operaciones con criptomonedas, renta variable y otros productos financieros a través de webs fraudulentas con las que llegaron a estafar más de doce millones de euros
La investigación se inició a raíz de una denuncia formulada por el representante legal de una entidad bancaria, donde ponía en conocimiento que su identidad digital había sido suplantada mediante la creación de una página web que, haciendo uso indebido de las marcas y nombres, imitaba ser una página web del grupo financiero denunciante.
Utilizando dominios web similares al original
Dicha web utilizaba un dominio falso, parecido al dominio original de la entidad bancaria, induciendo a la confusión. La finalidad de esta web falsa era atraer la atención de potenciales clientes franceses a fin de que éstos realizaran operaciones de depósito o inversión, convencidos de que lo estaban llevando a cabo con la entidad financiera denunciante.
Poco después se detectó la existencia de nuevas páginas web con idéntico propósito, usurpar la identidad del banco denunciante y de las entidades que forman parte de su grupo.
El método para defraudar utilizado por el grupo delincuencial, consistía en ofrecer a cualquier cliente potencial, a través de las webs fraudulentas, la posibilidad de realizar distintas operaciones financieras, como son: la contratación de productos de inversión (renta variable, futuros y criptomonedas) y la contratación de productos de financiación. En ambos casos, los fondos de las personas estafadas eran transferidos a cuentas corrientes abiertas en España, Portugal, Polonia y Francia. Posteriormente, el dinero era movido para su blanqueo entre cuentas que disponía la organización en diferentes países.
De acuerdo con la información facilitada por los afectados y tras las gestiones practicadas por los investigadores, se comprobó que el destino de los fondos eran cuentas bancarias españolas, ascendiendo el volumen del fraude a 12.345.731 euros.