Fiable y repetitiva como un autómata del siglo XVIII, la Comisión de Explotación del Trasvase volvió a recomendar el máximo trasvasable sin valorar las necesidades de la cuenca cedente o las copiosas lluvias de las últimas semanas en la Región de Murcia.
"Agradecemos a la ministra Teresa Rivero que imponga su propio criterio con sentido común, anulando el envío de agua para los regantes", afirma la presidenta de la Asociación de Municipios Ribereños, María de los Ángeles Sierra. Un nuevo ahorro de agua para la cabecera del Tajo, que se encuentra bajo mínimos históricos, al 18,7 por ciento, sólo por encima del aciago 2017 en el que prácticamente desaparecieron los embalses.
Borja Castro, vicepresidente de la Asociación, destacaba por su parte que "el gobierno de España ha sido coherente y no ha hecho caso al ruido hipócrita de los regantes del Levante, que han cerrado el año hidrológico una vez más con récord de precipitaciones, ha llovido más allí que en Galicia". Para Castro, "es un alivio este nuevo trasvase cero para regadío y deseamos que próximamente llueva y podamos aprovechar el cierre del trasvase hasta febrero para que nuestros embalses se recuperen y salgamos de la situación crítica en la que estamos".
Aunque señala que "obviamente no podemos dejar en manos solo de la naturaleza la salud de Entrepeñas y Buendia, este año y la sequía que vivimos nos ha puesto frente al espejo y es necesario hacer cambios profundos en materia de gestión de agua para asegurarnoselfuturo".
Y es que, según informó la Comisión, el canal permanecerá cerrado hasta febrero del año que viene debido a obras de mantenimiento. Un respiro necesario para los embalses de Entrepeñas y Buendía, que podría resultar envenenado si se cediese a los intereses trasvasistas y se decretasen trasvases "de papel", que desembocasen en un innecesario mega trasvase en marzo.