La pandemia ha disparado los trastornos psicológicos en niños, niñas y adolescentes.
Aldeas reclama un incremento de los presupuestos destinados a salud mental que permita desarrollar programas preventivos y de intervención temprana, y la creación de equipos especializados en el diagnóstico y el tratamiento de los efectos derivados del maltrato en la infancia.
La organización de atención directa a la infancia trabaja para que el derecho a la salud mental sea una realidad para niños, niñas, adolescentes y jóvenes en situación de vulnerabilidad.
Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, Aldeas Infantiles SOS alerta sobre el aumento de los trastornos psicológicos en la infancia y la adolescencia, y reclama que se garantice su derecho a una buena salud mental. Para ello propone, entre otras medidas, el desarrollo de programas preventivos y de intervención temprana y la creación de equipos especializados en el diagnóstico y el tratamiento de los efectos derivados del maltrato en la infancia. La organización trabaja para que este derecho sea una realidad para niños, niñas, adolescentes y jóvenes en situación de vulnerabilidad.
En el Día Mundial de la Salud Mental, que este año se celebra con el lema "Atención de salud mental para todos: hagámosla realidad", Aldeas Infantiles SOS afirma que la salud mental infantil es la gran olvidada del sistema sanitario español, una situación que es preciso abordar con carácter de urgencia.
"Los especialistas de atención primaria no pueden hacer frente a la demanda desbordante por falta de recursos. Y las escasas unidades de salud mental para niños, niñas y adolescentes están colapsadas o quedan reservadas para casos de especial complejidad, no cubriendo las necesidades existentes. El resultado es una excesiva prescripción farmacológica" advierten desde la organización de atención directa a la infancia.
Aldeas, que considera una muy buena noticia la reciente creación de la especialidad en Psiquiatría Infantil y de la Adolescenciapor parte del Gobierno, propone más medidas concretas, como un incremento de los presupuestos dedicados a salud mental que permita desarrollar programas de prevención e intervención temprana, reduciendo así el tiempo que transcurre entre los primeros síntomas y el primer contacto terapéutico. Asimismo, la organización defiende que es necesaria una coordinación permanente entre los equipos de atención primaria y los de salud mental, y la creación de equipos especializados en el diagnóstico y el tratamiento de los efectos derivados del maltrato en la infancia. "Las campañas de sensibilización para informar y combatir el estigma social que recae sobre estas enfermedades han de ser igualmente prioritarias", sostienen.
La pandemia ha disparado los trastornos psicológicos en la infancia, la adolescencia y la juventud. Y es que la salud mental de los más pequeños es especialmente vulnerable en momentos de crisis como el actual. "Si bien el alcance que la COVID-19 y sus consecuencias a largo plazo es aún desconocido, disponemos de suficiente información para saber que su impacto psicológico ha de ser evaluado y detectado a tiempo con el fin de prevenir enfermedades de salud mental, especialmente en el caso de aquellos menores en situación de especial vulnerabilidad", indican desde Aldeas.
Haciendo realidad el derecho a la salud mental
Aldeas Infantiles SOS trabaja para que el derecho a una buena salud mental sea una realidad para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes en situación de vulnerabilidad. "En esta labor es clave la identificación y prevención de posibles trastornos, así como la atención temprana. Los acompañamos en su proceso de recuperación emocional y les ofrecemos las herramientas necesarias para manejar sus emociones y hacer frente a las adversidades", explican desde la organización.
Desde todos sus programas, Aldeas facilita atención psicológica individual a niños, niñas, adolescentes y jóvenes que viven situaciones difíciles a nivel personal o familiar. Además, cuenta con servicios de terapia familiar en los desarrolla un trabajo preventivo para evitar un empeoramiento de situaciones de riesgo, a la vez que contribuye a mejorar las relaciones familiares, dotándoles de las herramientas necesarias. "También trabajamos con las familias promoviendo la mejora de sus habilidades parentales y un modelo educativo protector y basado en la disciplina positiva, lo que repercute directamente en la salud mental de sus hijos e hijas", añaden.
Aldeas Infantiles SOS también realiza intervenciones asistidas con animales para el tratamiento de problemas emocionales, trastornos conductuales y del espectro autista, y diversidad funcional con niños, niñas y adolescentes de sus programas y de la comunidad.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible consideran que la salud es esencial si queremos conseguir un desarrollo humano sostenible e indican que disfrutar de este derecho implica gozar del más alto estándar posible de salud física, mental y social (ODS 3). Sin salud mental, no hay salud.