Este fin de semana, el Comité de Dirección de Valores se ha reunido de manera telemática para tratar el tema de la vacunación obligatoria y los pasaportes COVID que quieren implantarse y que limitarán las libertades de cientos de miles de españoles que no confían en un suero experimental del que se desconocen los efectos secundarios a corto, medio y largo plazo. También se quiere dejar claro cuál es el posicionamiento del partido ante la situación actual:
VALORES pide a la Fiscalía que se depuren las responsabilidades judiciales por la muerte de miles de ancianos en los primeros meses de la pandemia a los que se les negó la asistencia sanitaria, prohibiéndose los traslados a los hospitales desde las residencias de mayores. Instamos a la misma a realizar una investigación, incluidas autopsias, que aclaren los motivos de la muerte de tantos que han sido abandonados sin recibir la atención sanitaria a la que tenían derecho.
VALORES exige al gobierno que la vacuna sea opcional y no se obligue a cientos de miles de españoles, en contra de su voluntad, a ser vacunados con un suero experimental del que se desconocen los efectos a corto, medio y largo plazo, y que aún no está aprobado definitivamente por la FDA, vulnerando todas las convenciones internacionales, incluido el Convenio de Derechos Humanos y la Dignidad del Ser Humano con respecto a las aplicaciones de la Biología y la Medicina (Convenio de Oviedo) de 1997, actuando de forma invasiva y sin consentimiento informado sobre la población.
Valores considera que la vacunación ha de ser opcional, no obligatoria y prescrita por el médico de familia que conoce el historial del paciente. No se puede obligar, para obtener un visado, a una vacunación experimental sin prescripción médica de la que se desconocen los efectos secundarios a corto, medio y largo plazo.
Tal y como refleja el estudio reciente del Journal of American Medical Association (JAMA), la tasa de mortalidad por Covid entre los niños de 5 a 14 años fue aproximadamente de uno entre un millón. El principio de prudencia en pediatría es siempre el procedimiento adecuado que debe orientar las pautas a seguir. Experimentar con niños es un delito de lesa humanidad, salvo que sus vidas estén en juego, los sueros que se les van a inyectar pueden hacerles más daño que beneficio según médicos de todo el mundo que están dando la voz de alarma.
Exigimos, por tanto, una demora en la vacunación de la infancia en primer término y, en todo caso, una vez todas las pruebas concluyentes lo aconsejen, la vacunación sea voluntaria y con la debida información por escrito y estudio personalizado establecido por el pediatra en cada caso.
