Con el verano a la vuelta de la esquina son muchos los españoles que han empezado a pensar en sus vacaciones. Unas vacaciones durante las que volveremos a decantarnos por los destinos nacionales y por el coche para desplazarnos. Así lo apuntan los datos analizados por Acierto.
En concreto, se estima que hasta 4 de cada 5 viajeros se quedarán en España este año. Y que 9 de cada 10 elegirán el coche para viajar. Una opción recomendable en tiempos de COVID pero para la que no todos se preparan adecuadamente. De hecho, el calor y la falta de revisiones se postulan como los grandes enemigos de los conductores españoles, especialmente en desplazamientos largos, donde se acusa más el cansancio.
El calor dispara el riesgo de sufrir un accidente un 22%
Así, el calor incrementa el riesgo de sufrir un accidente al volante hasta un 22%.. Las altas temperaturas afectan a la conducción, principalmente a la sensación de fatiga al volante -que aumenta- y a los reflejos, que se reducen. De hecho, cuanto mayor es la temperatura, mayor es el peligro.
La vista y la atención se ven afectadas: por ejemplo conducir a una temperatura de 35 grados centígrados podría hacer que el conductor dejara de percibir entre el 10% y el 20% de las señales de tráfico e incrementase sus errores más de un 30%. Teniendo en cuenta que los despistes están detrás de 8 de cada 10 accidentes de tráfico, se trata de un dato importante.
Los expertos, asimismo, apuntan a un aumento de la agresividad y del nerviosismo al volante. Dos factores nada positivos tampoco, pues el estrés aumenta de nuevo las posibilidades de sufrir un percance.. En este caso un 28%.
Además y tal y como indica Acierto, el calor no solo afecta a los conductores: las carreteras –especialmente las más viejas– también acusan su impacto. Entre otros, se puede producir un desprendimiento del hormigón, roturas en la calzada, etcétera. Con el consiguiente riesgo de verse envuelto en un siniestro.
El calor también afecta al coche
El coche es otro de los grandes perjudicados por las altas temperaturas.. De hecho, la potencia puede disminuir hasta un 15% y se incrementa el consumo de combustible. La batería y el sistema de frenado también se ven afectados. Este último puede alcanzar temperaturas críticas cuando en el ambiente hay un calor intenso. El líquido de frenos, además, se evapora antes en verano.
También hay más probabilidad de sufrir un pinchazo y la banda de rodadura de los neumáticos se calentará mucho más -ocasiona un desgaste superior al 25%%-. Otra de sus consecuencias es el deterioro de la carrocería, pues el sol hace que la pintura pierda brillo y color en esta época del año. Lo mismo ocurre con los elementos plásticos del interior.
Todos estos factores, de nuevo, incrementan el riesgo de padecer un percance en la carretera, tanto accidentes como averías.
La falta de revisiones y otros factores de riesgo
No podemos dejar de hablar de otro punto todavía más importante si cabe en el caso de los viajes largos: el de las revisiones. Según las cifras de Acierto, hasta el 25% no revisa su coche antes de salir de viaje.
Además y por regla general, 1 de cada 3 conductores reconoce que no pasa las revisiones estipuladas por el fabricante de su coche, y casi el 20% ignora cuándo debe hacerlo. Alrededor del 60% tampoco cambia sus neumáticos a tiempo: el 46,2% lo hace después de recorrer con ellos más de 50.000 kilómetros y el 11,7% tras superar los 65.000.
Una falta de previsión a la que hay que sumar otro peligro adicional: la edad media del parque automovilístico español, que supera los 13 años y que, previsiblemente y fruto de la pandemia, irá en aumento. Otro factor de riesgo a la hora de sufrir un accidente u otro percance en carretera. De hecho, este tipo de vehículos son los principales protagonistas de los accidentes con víctimas mortales.
Más accidentes y averías = seguro más caro
Para acabar, todos estos puntos afectan al seguro del coche. Es decir, cuanto más solicitemos servicios como la asistencia en carretera, cuantos más accidentes tengamos y más siniestros declaremos; más posibilidades habrá de que nos suban la prima.
Además, uno de los factores que tienen en cuenta las aseguradoras a la hora de contratar la póliza es el historial de siniestralidad del conductor. También la antigüedad del vehículo: es decir, cuanto más viejo es, más caro será el seguro porque más elevado será el riesgo de asegurarlo.
En cualquier caso, antes de salir de viaje es importante comprobar cómo responde la asistencia en viaje de nuestro seguro, si nos atiende desde el kilómetro cero, si nos proporciona un coche de sustitución que nos permita llegar al destino, etcétera.