Los Fondos Europeos de Recuperación y Resiliencia han dado un paso decisivo al ser su plan validado por el consejo de ministros. Su puesta en marcha debe contribuir de manera decisiva a la transformación y la innovación, a la transición ecológica que tan necesaria resulta para nuestro territorio y nuestra sociedad.
El sector agroalimentario, pilar básico de nuestro modelo económico y social debe ser tenido en cuenta de manera clara en los planes del gobierno y así se lo ha solicitado la Fundación Savia a los Ministerios de Agricultura, Pesca y Alimentación y de Transición Ecológica y Reto Demográfico, proponiendo la puesta en marcha de un PERTE (Proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica) del sector agroalimentario ecológico.
Los PERTEs son una figura contemplada en estos programas. Están llamados a ser actuaciones transversales y generadoras de innovación y sostenibilidad. El sector alimentario, que va desde la fertilidad y mantenimiento del suelo hasta la Salud de los consumidores, está llamado a ser, según Savia, uno de los sectores en los que se ponga en marcha un PERTE.
Porque sería una idea perfectamente alineada con el programa presentado por el presidente Sanchez en el Congreso, porque es coherente con el Pacto Verde Europeo y las estrategias de Biodiversidad y De La Granja a la Mesa. Porque el sector ecológico en España es una referencia mundial y la exigencia europea de que en 2030, el 25% de la SAU (Superficie Agraria Útil) sea ecológica debe entenderse como un objetivo de mínimos.
Un PERTE agroalimentario ecológico contribuiría de manera decisiva, según la Fundación Savia, a mejorar dos áreas claves: el crecimiento del mercado interno y la generación de valor añadido pues, como detalla en su misiva a los ministros, el consumo per cápita en España sigue siendo muy bajo en relación a otros países europeos al igual que la cifra de productores y elaboradores de producción ecológica.
En referencia a otros países europeos, en Dinamarca, el 12,1% del consumo es ecológico, y supone un gasto per cápita y año de 244 €, en Suiza el mercado ecológico es el 10,4% y el gasto per cápita de 338 €, en Austria estas cifras alcanzan el 9,3% y 216 € y en Suecia, el 9% y 215 €. En España, el consumo de productos ecológicos aún es apenas el 3% del total con un gasto per cápita de 47 €.
Respecto a la transformación de productos y el valor añadido que ello supone, podemos ver que Francia, con 2.240.797 hectáreas en ecológico, tiene 47.996 productores y 19.311 elaboradores. Italia, con 1.993.225 hectáreas, tiene 70.561 productores y 21.940 elaboradores. Alemania, con 1.613.785 hectáreas certificadas, cuenta con 34.136 productores y 16.162 elaboradores. España, sin embargo, con 2.354.916 hectáreas certificadas solo cuenta con 41.838 productores y 5.230 elaboradores, proporcionalmente unas cifras significativamente inferiores.
Es el momento oportuno de llevar a cabo el impulso del sector que se ha evidenciado como esencial durante la crisis sanitaria del COVID19, el sector que ayudaría de manera significativa a revertir los dos grandes problemas estructurales a los que nos enfrentamos, el calentamiento global y el despoblamiento rural.