Por cada puesto de trabajo destruido, se han perdido 3,4 puestos de las ocupaciones con salarios más bajos
La crisis generada por la COVID-19 ha provocado que las mujeres de todo el mundo hayan perdido al menos 800.000 millones de dólares en ingresos en 2020
La destrucción de empleo en España durante la pandemia se ha cebado con los colectivos más vulnerables y con menos ingresos, según denuncia Oxfam Intermón con motivo del Día Internacional de las personas trabajadoras que se celebra este sábado. Esos colectivos son las personas jóvenes y migrantes, las mujeres y quienes tienen los salarios más bajos.
"Las políticas públicas han logrado que se destruya menos empleo que en crisis anteriores gracias a medidas como los ERTE", explicaLiliana Marcos, responsable de políticas públicas de Oxfam Intermón, "pero eso no está evitando que aumente la desigualdad socioeconómica porque los peores efectos los sufren las personas pertenecientes a los sectores más desfavorecidos".
Por cada empleo destruido en 2020, se han perdido 3,4 empleos de las ocupaciones profesionales peor pagadas. Por cada empleo destruido en una profesión técnica, se han perdido 17,2 puestos en ocupaciones elementales. "Esta es otra cara de la desigualdad del virus: la destrucción de empleo ha sido desproporcionada para aquellas personas que menos ingresaban", dice Marcos.
En cuanto a la diferencia en el impacto en mujeres y hombres, la tasa de desempleo de las primeras ha aumentado en nuestro país 2,6 puntos porcentuales mientras que la masculina se ha incrementado en 1,9 puntos. En febrero de 2021, la tasa de paro femenino se situaba en el 18,3 frente al 14,1 de la masculina. De todo el desempleo registrado durante el año 2020, el 55,67% corresponde a mujeres.
Así mismo,las personas más jóvenes son las que peor se están recuperando de la crisis provocada por la pandemia, según la ONG. Mientras que estamos a un punto porcentual de recuperar el número de afiliados a la seguridad social previo a la pandemia, entre los jóvenes de 16 a 24 años la recuperación está aún a más de 11 puntos porcentuales. De las 200.000 afiliaciones a la seguridad social que faltan para que se recupere el nivel previo a la pandemia, 125.000 son de jóvenes.
En cuanto a trabajadoras y trabajadores extranjeros, la caída de la ocupación duplica la de las personas de nacionalidad española.
Tras esta desigualdad se encuentra la precariedad a la que se enfrentan en mayor medida profesionales de baja remuneración, mujeres y jóvenes.. En todos estos grupos la tasa de temporalidad supera la media, y los contratos temporales han sido precisamente los más afectados por la crisis económica. En 2020,la destrucción de empleos temporales ha superado en 2,4 veces la de contratos fijos..
Frente a esta situación, Oxfam Intermón pidemaximizar los esfuerzos para evitar que los ERTE acaben en un mayor incremento del desempleo. "Hay que usar las reformas pactadas con la Unión Europa y los fondos de recuperación europeos para reducir la precariedad y para forjar un tejido productivo que conlleve la creación de empleo de calidad", explica Liliana Marcos. "Las rentas laborales han de ser una pieza clave de la recuperación".
Más allá de las medidas que se tomen en el mercado laboral, Oxfam Intermón recuerda que es necesariocorregir la precaria situación fiscal e impositiva de España, un país que recauda 4 puntos porcentuales menos que la media de la Unión Europa. La organización ha propuesto una serie de medidas encaminadas a gravar la riqueza, el capital y a las grandes empresas con las que se podrían recaudar hasta 10.000 millones de euros más al año
Las mujeres pierden también a nivel mundial
La crisis generada por la COVID-19 ha provocado quelas mujeres de todo el mundo hayan perdido al menos 800.000 millones de dólares en ingresos en 2020. Esta cantidad equivale al PIB combinado de 98 países. El pasado año, a nivel mundial, las mujeres perdieron 64 millones de empleos; una pérdida del 5% en comparación con el 3,9% que se produjo entre la población activa masculina.
La ONG pide que los gobiernos aprovechen las medidas de recuperación para construir una economía más inclusiva y que priorice la protección social, los servicios públicos y una fiscalidad justa y progresiva, además del acceso universal y gratuito de toda la población mundial a la vacuna contra la COVID-19.