El Ministerio de Transición Ecológica presentó un informe en el que, si bien no se hace referencia explícita alguna al Trasvase o la situación del Tajo, sí alerta de peligros que hacen indefendible la supervivencia del acueducto; una infraestructura fallida que nunca cumplió con las expectativas y solo sirvió para hacer más grande el desequilibrio en la cuenca del Segura
El futuro está aquí y todo el mundo lo tiene claro menos el SCRATS: el Trasvase tiene fecha de caducidad, bien sea porque el Ministerio sepa anticiparse y mitigue el daño futuro, bien porque el Cambio Climático desmonte los castillos en el aire que se construyeron en la cuenca del Segura, con agua del Tajo. No va más.
En el informe presentado por el Ministerio de Transición Ecológica lo tienen claro: en el estudio analizado de J.G. Fernandez y otros autores (Informe de evaluación del plan nacional de adaptación al cambio climático 371): "proyectan cambios de la temperatura media anual en el periodo 2021-2050 en la España continental y las islas baleares (figura 1.3.) de hasta casi 3 grados, con incrementos mayores en verano y otoño, con respecto al periodo 1971-2000".
Este aumento de la temperatura irá acompañado de una disminución de la precipitación, "que provocará con una elevada probabilidad una menor disponibilidad de recursos hídricos, lo cual podría coincidir con una respuesta hacia una mayor demanda del uso consuntivo dominante del agua en España, el regadío, debido a una mayor evapotranspiración". Es necesario reconvertir el sector para reducir la demanda, porque ni los embalses de cabecera, ni los acuíferos subterráneos se pueden seguir sobrexplotando como si nada ocurriese.
Vicente Serrano y otros autores apuntan directamente en otro de los estudios citados en el informe (Climate, Irrigation, and Land Cover Change Explain Streamflow Trends in Countries Bordering the Northeast Atlantic. Geophysical Research Letters, 46) que "grandes aumentos en las zonas de regadío, la intensificación agrícola y la revegetación natural de tierras marginales se infieren como los factores dominantes de la disminución del caudal". Es necesario poner fin a ese dislate, "no podemos vivir de espaldas a la realidad", reclaman desde la Asociación de Municipios Ribereños.
El informe prevé también que se den con mayor frecuencia eventos extremos, con grandes descargas de agua en poco tiempo y grandes periodos de sequía. En ese escenario, la buena gestión de los embalses es fundamental, son la caja de ahorros que permite regular las crecidas y sobrellevar las sequías.
"Un informe reciente, bajo el proyecto PESETA (Global warming and drought impacts in the EU. Publications Office of the European Union, 2020) a nivel europeo, indica cómo con el calentamiento global, las sequías serán más frecuentes, durarán más y serán más intensas en el sur y el oeste de Europa", indica el trabajo presentado por el Ministerio.
Entrepeñas y Buendía son de gestión plurianual, están pensados para aguantar sequías de hasta cinco años; pero no se pueden seguir exprimiendo. El uso que reclama el SCRATS es consuntivo: el agua, una vez usada, no se devuelve al medio donde se ha captado, ni de la misma manera que se ha extraído. El uso que implora la cuenca cedente no, el aprovechamiento recreativo es compatible con la salud del Tajo.
"El enfoque de las 3R: recarga, retención y reutilización del agua, propuesto por la UNESCO junto con la Asociación Internacional de Hidrogeólogos, plantea maximizar la capacidad de amortiguamiento frente a fenómenos extremos mediante un buen manejo del agua subterránea y del agua de lluvia, como herramientas fundamentales de adaptación frente a la alta variabilidad en la disponibilidad de recursos hídricos que resulte de los efectos del cambio climático (Flores Elizondo y Kachadourian Marra, Gestión Integral del Recurso Hídrico en el Cambio Climático. Caso del Área Metropolitana de Guadalajara, México, 2011)", se puede leer en el trabajo del Ministerio, referido a los acuíferos subterráneos, pero aplicable a los embalses.
La necesidad (y obligatoriedad, recordemos la sentencia del Tribunal Supremo) de garantizar unos caudales ecológicos del Tajo, unido a la reducción de lluvias y a una mayor evaporación debido a la subida de las temperaturas pone fecha de caducidad al Trasvase, ¿por qué no anticiparnos y prepararnos para el nuevo escenario", se preguntan los Ribereños.