El peor año en el cómputo total de muertes en explosiones fue 2010, con 29, mientras que 2015 registró el menor dato: 5. En vivienda, la cifra máxima de muertos fue en 2017, con 18, frente a 0 en 2018.
Todos los años se produce un "goteo" de incidentes en viviendas, habitualmente vinculados a explosiones de gas.
Ante la más mínima sospecha, por olor o por ruido, de que puede estar acumulándose gas en la vivienda, hay que abrir puertas y ventanas, no manipular ningún aparato eléctrico y avisar de inmediato al 112.
Las calderas, termos eléctricos y calentadores de agua, entre otros aparatos de gas, deben revisarse cada dos años.
La explosión registrada hace dos días en el centro parroquial de la Virgen de la Paloma, en la calle de Toledo, en pleno centro de Madrid capital, que ha costado la vida a cuatro personas, no es, por desgracia, un caso aislado, tal y como demuestran los datos del Estudio de Víctimas de Incendios y Explosiones en España, que llevan elaborando, desde 2010 y con carácter anual, Fundación MAPFRE y APTB.
Así, en los últimos 10 años, en nuestro país han perdido la vida un total de 71 personas en edificios de uso residencial por explosión.
Aunque los sucesos más llamativos suelen darse en instalaciones de tipo industrial, lo cierto es que todos los años se produce un "goteo" de incidentes en viviendas, habitualmente vinculados a explosiones de gas.
El año más trágico en este tipo de incidentes fue 2017, con 18 fallecidos, un dato que contrasta con las 0 víctimas de 2018. En 2019, última edición del Estudio de Víctimas de Incendios y Explosiones elaborado por Fundación MAPFRE y APTB, el número total de víctimas en explosiones ocurridas en viviendas fue de 3.
En 2020, con datos aún pendientes de confirmación por parte de los Servicios de Bomberos y de los Institutos de Medicina Legal de toda España, se habrían registrado 6 muertes en explosiones en viviendas.
CÓMO EVITAR UNA EXPLOSIÓN
Según APTB y Fundación MAPFRE, ante la más mínima sospecha, por olor o por ruido, una especie de silbido, de que puede estar acumulándose gas en nuestra vivienda, debemos actuar de la siguiente forma:
-Abrir puertas y ventanas para crear la mayor corriente posible que permita ventilar la estancia.
-Comprobar que no hay ninguna llama encendida, ya sea en la cocina, en aparatos de calefacción o en calderas.
-Intentar cerrar la llave de paso general de gas de la vivienda o desconectar la boquilla de la bombona.
-No conectar ningún aparato eléctrico ni encender luces o cualquier elemento que pueda provocar una chispa.
-Salir de la vivienda, y si es un edificio, avise al resto de inquilinos.
-Avisar de inmediato al 112, desde fuera del domicilio. No utilice el móvil desde el interior para avisar de la fuga.
-No encender cigarrillos ni usar ningún tipo de mechero, encendedor, fósforo o similar que pueda generar fuego.
-Avisar a la compañía suministradora de gas.
-No intentar localizar la fuga por nuestra cuenta, ya que podemos sufrir intoxicación.
CUÁNDO TOCA REVISAR LA CALDERA
Según el Reglamento de instalaciones Térmicas en Edificios (RITE) son obligatorias:
Las inspecciones a las instalaciones generales del gas (contador, tuberías, llaves y gomas, entre otros...) deben realizarse cada 5 años, y en País Vasco, cada 4 años. La compañía distribuidora del gas es responsable de contactar al usuario cuando haya que realizar una inspección de este tipo. El usuario puede elegir si realiza la revisión de la instalación con su compañía o con cualquier otra empresa o profesional autorizado.
En el caso de una revisión de calderas, termos eléctricos y calentadores de agua, entre otros aparatos de gas, la revisión debe realizarse cada dos años cuando la caldera tiene hasta 70 kw, que es la más común en un hogar. El País Vasco, la revisión es cada año. Las calderas de potencia superior a 70kW se revisan una vez al año. El propietario es el responsable de que se realice la revisión, que debe llevarla a cabo un profesional autorizado.
Las calderas comunitarias se revisan todos los meses y lo hace la empresa con la que la comunidad tenga contratada el mantenimiento. En ambos casos, es decir revisión e inspección de las instalaciones, lo más recomendable es tener contratado un servicio de mantenimiento.