“Nosotros estamos cumpliendo nuestra parte en las granjas, pero nos la estamos jugando y por eso pedimos que también las administraciones europeas y estatales de los diferentes países adopten todas las precauciones y medidas preventivas necesarias”
Unión de Uniones, ante el aumento de casos de peste porcina africana (PPA) pide extremar las precauciones y medidas de bioseguridad para evitar la entrada de la enfermedad.
Unión de Uniones considera que, dada la situación, es necesario aumentar los controles tanto con respecto a los animales como al transporte, con la verificación de documentación y la revisión visual de los animales en la frontera, teniendo en cuenta la capacidad de contagio y virulencia de esta enfermedad y las graves consecuencias económicas que puede conllevar.
La organización defiende que se potencie el ciclo cerrado: granjas especializadas en lechones, y otros, en engorde. De esta manera se conseguiría disminuir el movimiento de animales de origen intracomunitario y una mejora importante en las condiciones de bienestar de los animales, ya que no tendrían que recorrer largas distancia - una parte importante del lechones que se importan en España provienen de Holanda.
Los brotes de PPA detectados en Bélgica y en Alemania surgieron únicamente en jabalíes y no tuvieron lugar en ninguna granja. Sin embargo, la normativa europea, para preservar la seguridad alimentaria y evitar la difusión de la enfermedad, activa el mecanismo de regionalización ante un caso positivo. Esto implica que limita la zona donde se ha detectado, pero muchos países terceros cierran las fronteras a las importaciones de porcino provenientes de todo el Estado, sin delimitar la zona afectada. Por estos motivos, teniendo en cuenta que España exporta el 23% del porcino que produce en países terceros, un caso positivo en PPA tendría efectos nefastos para el sector.
La organización recuerda que las granjas se han adaptado a los requerimientos para prevenir la entrada y difusión de enfermedades. Todas son revisadas por veterinarios mediante una encuesta de bioseguridad que evalúa las medidas técnicas, sanitarias y el manejo de los animales en la granja.
Aunque algunas de estas medidas son obligatorias, como disponer de una de una correcta valla perimetral, separar físicamente la zona limpia (la nave) y la zona sucia (resto de la finca), controlar entradas, tener vestuarios y ropa adecuada, silos, sistema de eliminación de cadáveres, agua y alimentación, limpieza y desinfección, control del movimiento de animales o prevención de riesgos, Unión de Uniones considera que los ganaderos lo están haciendo bien y reclama más seguridad en los movimientos.
El pasado año España importó más de 2,5 millones de animales (lechones y cerdos para sacrificio), según datos del Ministerio de Agricultura, cifra que supera en casi un millón la del 2018. Los datos de la primera mitad de 2020 son muy similares, con un leve descenso del 4% respeto a enero-junio de 2019. Ahora Unión de Uniones teme que, con los positivos de PPA y los problemas por COVID en sus mataderos, Alemania haya intensificado las salidas de animales para aliviar su mercado y hay que estar especialmente vigilantes.
“Nosotros estamos cumpliendo nuestra parte en las granjas”, comentan desde la organización. “Pero nos la estamos jugando y por eso pedimos que también las administraciones europeas y estatales de los diferentes países adopten todas las precauciones y medidas preventivas necesarias”, concluyen.