En 1995 la UOC reinventó la manera de aprender con un modelo educativo en línea transformador, hoy en día avalado por los ránquines más prestigiosos del mundo y elegido por más de 77.000 estudiantes internacionales
Nacida como nativa digital hace 25 años, cuando solo un 0,4 % de la población mundial tenía acceso a internet, el teléfono fijo dominaba, el ADSL echaba a andar y Google ni siquiera existía, la UOC transformó la educación superior gracias a un modelo educativo en línea asíncrono. Era el curso 1995-1996, y unos 200 estudiantes confiaron en esta nueva institución para cursar Psicopedagogía o Ciencias Empresariales, las dos únicas titulaciones que se ofrecían. Con el rector Gabriel Ferraté al frente, la UOC supo aprovechar una red de internet incipiente para convertirse en la primera universidad sin distancias, con la misión de formar a personas a lo largo de la vida. Veinticinco años más tarde, con más de 77.000 estudiantes y más de 85.000 graduados, la UOC está de cumpleaños, pero no de celebración debido a la pandemia global que vivimos. Una pandemia que «exige reforzar el papel de la universidad como nodo de creación, conexión y divulgación y hacerlo de manera doblemente crítica y autocrítica», dice Josep A. Planell, el actual rector.
Una de aquellas primeras estudiantes del segundo ciclo de la licenciatura de Psicopedagogía, Joana Pardo, recuerda que antes de matricularse solo había usado el ordenador como procesador de textos, pero enseguida se habituó a navegar por el Campus Virtual y a estudiar con esta nueva metodología sin barreras de espacio y de tiempo.
Albert Vergés también comenzó Ciencias Empresariales con el curso piloto de 1995, cuando Windows 95 acababa de salir. Para Vergés, la UOC se convirtió en una oportunidad para que muchas personas, como él, pudieran formarse. Francesc Xavier Verdalet, un compañero de promoción, recuerda que se sentían «a la vez como "conejillos de Indias", por eso de ser los primeros del mundo en cursar estudios universitarios mediante internet, y unos privilegiados, por haber sido seleccionados entre un montón de peticiones para hacerlo».
Una universidad transformadora
La UOC tiene un modelo de aprendizaje que pone al estudiante en el centro y que busca una mejora constante de sus competencias, acompañándolo en todo momento con la experiencia del profesorado. En estos 25 años, la UOC se ha convertido en un referente en aprendizaje en línea y se ha situado entre las 150 mejores universidades jóvenes del mundo y la mejor universidad en línea de Iberoamérica según la prestigiosa revista británica Times Higher Education.
Se trata de un modelo educativo que está en constante evolución gracias al eLearn Center, un centro de innovación en el aprendizaje en línea creado en 2009 para promover la mejora continua y la evolución del modelo educativo a partir del conocimiento generado por la investigación y la práctica sobre el aprendizaje en entornos virtuales, en estrecha colaboración con el profesorado.
En época de pandemia, esta experiencia en aprendizaje en línea (e-learning) ha contribuido a la adaptación al entorno en línea de más de 9.000 profesores de escuelas, institutos y universidades presenciales. A lo largo de dos meses, el profesorado de la UOC impartió 24 seminarios web en abierto para cooperar con el colectivo de docentes hispanohablantes para acabar el curso pasado de manera no presencial. Las cifras demuestran el gran éxito de acogida de esta iniciativa: más de 34.000 espectadores de más de 70 países siguieron en directo las ponencias, y cerca de 10.000 se inscribieron en los seminarios web del ciclo. La mitad de los participantes provenían de España, seguidos de países del otro lado del Atlántico, como Colombia, Ecuador, México, Perú, Argentina, Chile y Venezuela.
La UOC ofrece titulaciones en catalán y español, y también algunas en inglés. Se trata de una «oferta formativa muy diversa que se adapta a las necesidades de aprendizaje a lo largo de la vida, acreditada por las agencias de calidad y que sigue los estándares del sistema universitario europeo», explica el vicerrector de Docencia y Aprendizaje, Carles Sigalés.
Una universidad comprometida
Este sentido de responsabilidad también queda patente en el compromiso de integrar los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) definidos en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. «Necesitamos que la transformación digital esté orientada a favor de las personas, de la prosperidad, del planeta, de la participación, de la equidad y de la paz», explica la vicerrectora de Globalización y Cooperación, Pastora Martínez.
Garantizar la educación superior de calidad para todos es uno de los motores de la UOC. Por ello, trabaja con otros sistemas universitarios del mundo, como de México, Chile, Ecuador o Jordania, para que desarrollen sus propios sistemas reguladores que aseguren la calidad de la educación en línea y que permitan ampliar el acceso y la cobertura a los estudios superiores. Precisamente, para garantizar la equidad en el acceso a la universidad, desde 2017 se han otorgado 159 becas propias a personas refugiadas y también se han ofrecido becas con instituciones y organismos internacionales, como la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación de Ecuador (SENESCYT) o ICETEX, que facilitan la formación a lo largo de la vida en el continente americano.
Una universidad investigadora
La investigación de la UOC «contribuye a los retos a los que se enfrentan las sociedades globales del siglo xxi, mediante el estudio de la interacción entre la tecnología y las ciencias humanas y sociales, con un enfoque específico en la sociedad red, el aprendizaje en línea y la salud digital», explica la vicerrectora de Planificación Estratégica e Investigación, Marta Aymerich.
Desde 2014, han aumentado las publicaciones científicas y la visibilidad, tanto en términos de publicaciones en abierto como de artículos indexados, se ha más que duplicado. También se ha duplicado la captación de fondos para investigación e innovación, que se sitúa entre los cuatro y los cinco millones de euros anuales.
El primer centro de investigación, elInternet Interdisciplinary Institute (IN3), se creó en 1999 bajo la dirección del sociólogo y actual ministro de Universidades Manuel Castells. Hoy en día hay once grupos de investigación evaluados por un comité científico externo.
Otro de los ejes estratégicos en investigación de la UOC es la salud digital. Por eso en 2017 se creó el eHealth Center, un centro académico abierto al mundo y transdisciplinario que genera, transfiere e intercambia conocimiento en salud digital para capacitar y empoderar a los ciudadanos y los profesionales mediante las tecnologías para que lideren el cambio de paradigma en salud.
Con todo, la UOC ha sido reconocida como la primera universidad en línea líder en investigación según el Ranking CYD 2020, que evalúa las universidades españolas con indicadores de rendimiento.
Una universidad conectada
La UOC facilita la formación a lo largo de la vida para que los profesionales se adecuen al nuevo contexto laboral cambiante. «Apostamos por una visión amplia del apoyo a la promoción personal y profesional que haga que el conocimiento fructifique, también, en forma de inserción laboral», explica la vicerrectora de Competitividad y Empleabilidad, Àngels Fitó.
Precisamente el U-Ranking 2020, de la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), constata que la UOC obtiene unos excelentes resultados en su tasa de afiliación y en la base media de cotización de su comunidad de graduados y graduadas (que sitúa en 32.559 euros, la más alta de todas las universidades analizadas).
Además, dispone de UOC Corporate, que acompaña a las empresas en el crecimiento de sus profesionales para que puedan superar los retos de negocio a los que se enfrentan y puedan transformar sus organizaciones. Más de 80 empresas, entre ellas Leche Pascual, Banco Sabadell y Grupo Catalana Occidente, ya han confiado la formación de sus trabajadores y trabajadoras a la UOC.
Una universidad sin ánimo de lucro
La UOC nacía el año 1995 impulsada por el Gobierno de Cataluña para proporcionar acceso al aprendizaje a lo largo de la vida. La propuesta de Ley de Reconocimiento de la UOC recibió luz verde por unanimidad del Parlamento de Cataluña (Ley 3/1995, del 6 de abril).
La UOC es una fundación sin ánimo de lucro, con un mandato público y con una vocación de servicio público. Los últimos seis años ha experimentado un crecimiento sostenido que ha permitido ampliar la oferta académica y mejorar su calidad.
Este 2020, «todo parece indicar que vamos hacia un escenario en el que cumpliremos las previsiones presupuestarias e, incluso, podemos tener un impacto positivo en el capítulo de ingresos», dice Antoni Cahner, gerente de la UOC.
Una universidad con historia
A lo largo de este cuarto de siglo, esta universidad ha tenido al frente a tres rectores: Josep A. Planell (2013-actualidad), Imma Tubella (2005-2013) y Gabriel Ferraté (1995-2005). Y se ha dado la máxima distinción académica, el doctorado honoris causa, a Mary Beard (2019), Manuel Borja-Villel (2018), Alejandro Jadad (2018), Hanna Damásio (2012), Aina Moll (2012), Brenda M. Gourley (2011), Sir Timothy Berners-Lee (2008), Alain Touraine (2007), William J. Mitchell (2006), Jordi Pujol (2006), Tony Bates (2005) y Josep Laporte (2003).
Un vicepresidente del MIT inaugurará el 25.º curso de la UOC
El pistoletazo de salida del 25.º aniversario tendrá lugar el 21 de octubre a las 16.00 h, con la lección inaugural en línea a cargo de Sanjay Sarma, profesor de Ingeniería Mecánica y vicepresidente de Aprendizaje Abierto en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Todo el mundo podrá seguirla en directo con inscripción previa.