Antes de esto, disfrutaremos de algo de estabilidad atmosférica para terminar septiembre con temperaturas diurnas que superarán los 30 °C
Después tendremos un escenario bastante inestable en el norte de España, con rachas de viento que podrían superar los 100 km/h
La inestabilidad propia del otoño sigue con su desfile de fenómenos singulares. Después de las nevadas de este fin de semana en el Pirineo, con grosores sin parangón en el mes de septiembre desde hace al menos dos décadas, la recta final de esta semana traerá el llamado "cordonazo de San Francisco", según avisa Samuel Biener, experto de Meteored.
No nos olvidemos del "veranillo de San Miguel"
El mes de septiembre acabará con bastante estabilidad atmosférica, debido al ascenso de una cresta anticiclónica sobre la vertical peninsular. Los valores diurnos alcanzarán e incluso superarán los 30 °C en bastantes zonas del sur, en contraposición a las temperaturas nocturnas, que en las regiones interiores descenderán de los 10 °C.
Se observarán algunas nubes en el norte de Canarias y en el extremo septentrional peninsular, que podrían dejar algunas lluvias. De cara al miércoles, un frente dejará precipitaciones en Galicia y Asturias, anticipando el cambio de tiempo de los siguientes días.
Octubre comienza con inestabilidad y "cordonazo"
De cara al jueves y el viernes, tendremos un escenario bastante inestable en el norte de España ligado a un proceso de ciclogénesis bastante intenso en el entorno de la Bretaña. Las rachas de viento podrían superar los 100 km/h en algunos sectores del norte y del este peninsular.
Además, las temperaturas bajarán considerablemente debido a una nueva entrada de aire polar marítimo. De ahí que la nieve pudiera volver a aparecer en los Pirineos y en la Cordillera Cantábrica, y probablemente también en zonas altas de la Ibérica y del Sistema Central. Todo parece indicar que este año volveremos a tener "cordonazo".
¿A qué se llama "cordonazo"?
Según la tradición, cuando el diablo acechaba, San Francisco de Asís se deshacía de él fustigando el aire con el cordón que llevaba atado a la cintura, lo que provocaba en el cielo una tormenta de rayos y truenos que hacían huir al demonio. Esta leyenda está vinculada a la festividad del santo -4 de octubre-, momento en que llegan los primeros temporales, ya que la atmósfera se suele mostrar muy dinámica, de ahí su coincidencia con la realidad.