Es un fenómeno que suele tener lugar en verano y que va acompañado de fuerte viento, rayos, truenos y poca precipitación
Suponen un riesgo para los bosques porque pueden ser el origen de incendios estivales
Las tormentas secas destacan por su espectacularidad: fuertes vientos, carga eléctrica, etc.
Si los primeros días de julio se han caracterizado por las altas temperaturas -llegando incluso a los 40 °C en algunas zonas del país-, de cara a las próximas horas se espera que un cambio de tiempo traiga las temidas tormentas secas.
¿Qué es una tormenta seca?
Son fenómenos tormentosos normalmente acompañados de fuerte viento, mucha actividad eléctrica y poca precipitación. Se forman cuando no hay humedad suficiente bajo las bases de las nubes como para generar lluvias y, además, ayuda que la entrada de aire frío en las capas altas de la troposfera no sea muy potente. En nuestro país no es raro encontrar tormentas secas, especialmente en verano y en zonas montañosas, según Natacha Payà, experta de Meteored.
De vez en cuando, en el periodo estival las temperaturas bajan de forma notable en la alta troposfera, generalmente se toma como referencia la situación a unos 5500 metros de altitud, y provocan el crecimiento de nubes de tormenta. Cuando ese descenso no es muy acusado, los cumulonimbos no llegan a adquirir una buena estructura ni el suficiente desarrollo vertical. Si esto se une a la baja humedad en los niveles inferiores, las lluvias que desprenden pueden no tener la suficiente entidad como para llegar al suelo, las gotas desaparecen antes. Los rayos, en cambio, sí que pueden impactar provocando incendios.
Riesgo de incendios
La mezcla de vientos cruzados, las altas temperaturas y las tormentas secas se convierten en los aliados idóneos para los incendios. Aunque los incendios causados por los rayos solo suponen el 4% del total en todo el territorio nacional, generan grandes pérdidas de biodiversidad y resultan una amenaza para los bosques.