Comienzan las Fiestas en Honor al Stmo. Cristo del Rayo 2010, declaradas de Interés Turístico Regional, que conmemoran el milagroso suceso acaecido en 1.621, cuando la imagen de Cristo Crucificado atrajo hacia sí un rayo caído en la Iglesia de la Asunción, librando de peligro a todos los fieles allí congregados.
El sábado 10 de julio arrancarán oficialmente estas fiestas desde la pintoresca plaza de La Farola, con el tradicional chupinazo de inicio, este año a cargo del Alcalde de Moratalla, Juan Llorente, y del humorista Mariano Mariano.
Durante la madrugada del sábado al domingo, los moratalleros y moratalleras vibrarán en el magnífico ambiente festivo propiciado por todas las peñas festeras y por las actuaciones diseñadas por la Mayordomía 2010, esperando con ansia el amanecer para asistir a la Diana Floreada y a la “espera” del Primer Gran Encierro de Toros, que, conducido por vereda, hará su entrada en el pueblo sobre las 9.30 de la mañana.
Alrededor de estos centenarios y tradicionales encierros por vereda, tiene lugar un sinfín de actividades culturales y de ocio, con especial protagonismo de la música, que prácticamente ocupan las 24 horas de todos los días hasta la Traca Final del 17 de Julio, destacando siempre la espontaneidad de las peñas festeras y de los miles de visitantes que se benefician de su hospitalidad.
Este año, y aprovechando la coincidencia en fin de semana de la fecha de inicio, el “aperitivo” a las fiestas se servirá a las 22.00 horas del viernes día 9, nada menos que con el concierto que ofrecerá Antonio Orozco en el Campo de Fútbol Casa Felipe. El artista interpretará canciones de su último trabajo, “Renovatio” y recordará algunos de sus grandes éxitos.
BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE LAS FIESTAS EN HONOR AL STMO. CRISTO DEL RAYO:
“¡De pronto un grito unánime y agudo se deja sentir, y la mayor parte de los fieles, deslumbrados, sepultan el rostro entre sus manos!...
>> En medio del templo, blandiendo como la espada del Ángel exterminador, se agitaba con su ligereza proverbial un rayo que a todos amenazaba aniquilar; parecía sujeto por una fuerza invisible, que no le dejaba traspasar el límite que se le había fijado y, rugiendo como un espíritu maligno, hacía contorsiones sobrenaturales... Breves instantes duró aquella escena aterradora; todos creían llegado su último momento, cuando, veloz, recorriendo el espaco que les separaba, cae cubriendo la Imagen del Redentor, que desapareció en medio de aquella encendida hoguera, convertida enseguida en humo denso...
>> ¡Con qué palabras se podría hacer comprender lo que pasó en aquel momento sublime, en que, despejada la densa niebla, apareció la imagen del Cristo, negra y candente; pero más hermosa que nunca!...
>> Había perdido por completo su color para no recobrarlo más. El pueblo, humillado, entonaba un himno de adoración y de gloria, ¡el himno que se entona cuando habla el corazón agradecido!... ¡Aquella potente voz humana, formada por la unión de tantas ansias, debió de llegar al cielo, ya que hizo enmudecer hasta el rugido de la tempestad!...”
Alfredo Rubio: Cosas de Moratalla, 1915
El 15 de junio de 1621, ante una tormenta de inusitada violencia, la población local, atenazada por el miedo, buscó refugio en la Iglesia de la Asunción. Un potente rayo penetró por la cubierta, aún sin cerrar, y, ante las miradas estupefactas de los fieles, la centella fue conducida hasta la imagen del Cristo Crucificado, que encauzó el impacto y el poder destructor del rayo, salvando a las personas allí congregadas. Tal como relata Marcial García (Moratalla a través de los tiempos, Vol. I, pp.332 y ss.), “al no producirse desgracias ni quemarse la Imagen, el pueblo proclamó milagro y el Concejo adoptó, en agradecimiento, como fiestas mayores el día y la víspera, estando documentada su celebración desde el año siguiente, 1622 (...) El Libro V de Bautismos guarda el dato del milagro y así lo recuerda la diligencia en su folio inicial:
“En quinze de Junio de Mil Seiscientos y Veinte y Vn años sucedio el Milagro del Santo Christo del Rayo en esta Parrochial de Moratalla, y esta anotado en este Libro, al folio ciento y cinco, a la buelta de la foxa; y para que conste, se mando poner esta razón”
Este es, por tanto, el milagro que se conmemora en estas fiestas en honor del desde entonces Stmo. Cristo del Rayo. Aunque en esencia los festejos de los primeros tiempos consistían “en repiques de campanas y castillo la víspera; repique, música de chirimías, función, sermón, procesión y pólvora, el día del aniversario” (Marcial García, Ibid.); con el tiempo, la esencia de las fiestas la conformaron, y aún hoy sigue siendo así, los tradicionales encierros de reses bravas.
La característica principal de los encierros de Moratalla, y lo que los diferencia de los que se celebran en muchos otros lugares, es que las reses son conducidas “por verea”, es decir, campo a través siguiendo la red de cañadas y veredas, hasta el mismo municipio.
No obstante, hay también una gran cantidad de actos paralelos y complementarios a estos encierros, como puede observarse en el orden de festejos.
Declaradas de Interés Turístico Regional, en la actualidad las Fiestas se celebran entre el 11 y el 17 de julio, aunque el día 15 de junio permanece como festivo. Este cambio de fechas se llevó a cabo para evitar que las fiestas coincidieran con la campaña de recogida del albaricoque.
Hoy en día, las Fiestas del Stmo. Cristo del Rayo constituyen el punto de encuentro de todos aquellos moratalleros que viven fuera del municipio; así mismo, durante su celebración, se incrementa muy notablemente el número de visitantes y turistas atraídos por las mismas. Y ya no sólo por los encierros, sino por el ambiente festivo que promueven las distintas peñas festeras, por los conciertos y verbenas nocturnas, así como por otras manifestaciones como desfiles, corridas de toros, espectáculos varios, etc.