El edificio de las Casas Consistoriales de Mazarrón, situado en la plaza del Ayuntamiento, está recibiendo multitud de visitantes que han querido disfrutar de la originalísima exposición que el artista Juan Antonio Cortes Abellán ha desplegado por sus diferentes espacios. La muestra, titulada "Gea, Cronos y Las Hespérides", sorprende a los visitantes, no sólo por la calidad de las obras que la componen, sino también por los elementos decorativos que han transformado el emblemático inmueble en un verdadero museo.
Así, una hilera de tomates mazarroneros reciben al espectador en la escalera que da acceso a las plantas nobles del edificio, mientas que otros ornamentos naturales como granadas, naranjas y limones decoran el resto del edificio. Entre los elementos decorativos cabe destacar también una escultura gigante que cuelga desde el techo ocupando el hueco de la escalera principal, o aquellas que han sido situadas en los antiguos calabozos del inmueble.
Para el Alcalde de Mazarrón, Ginés Campillo, "nunca antes las Casas Consistoriales han acogido una muestra tan original como la de Cortes Abellán y podemos sentirnos orgullosos de que en estas fiestas patronales contemos con esta exposición que supone un atractivo añadido al programa festero". Ginés Campillo felicito al artista por su trabajo y destacó no sólo su originalidad sino también "la gran calidad de las obras que aquí se exponen".
Por su parte, Cortés Abellan agradeció al consistorio "la oportunidad que me han brindado para traer mi obra a Mazarrón donde he estado trabajando en sus minas para la grabación de un cortometraje". Parte de la exposición se basa precisamente en las minas del municipio "ya que sus minerales y tierras están presentes en esta muestra". Durante el día de la inauguración, Cortés Abellán adelantó parte de su trabajo audiovisual con la proyección de un video en la que varios ciudadanos de origen senegalés interactúan con los elementos naturales y materiales de las minas.
"Gea, Cronos y Las Hespérides", montaje coordinado por el artista Blas Mira y que se puede visitar hasta el 13 de enero, indaga en la materia sólida, en el paso del tiempo y en las sorpresas que nos depara la vida y sus bondades a través del Jardín de Las Hespérides. En definitiva, se trata de una exposición donde la ilusión suple a la ciencia, donde hay sorpresas que buscan la empatía con el espectador y donde las perversiones modernas nos liberan del espacio, el tiempo y de los pensamientos.