La reciente noticia de la salida de Rosa Roda de Onda Cero nos ha llevado a escribir unas palabras de apoyo a una periodista de enorme valía, con el don y el compromiso de contar la realidad. En el escueto y elegante comunicado, ella reconoce a sus compañeros, a su emisora y también a la sociedad murciana. Se marcha tras 33 años de profesionalidad extraordinaria, dejando un periodismo de investigación más empobrecido.
Desde Pacto por el Mar Menor nos sentimos estupefactos, tristes, y también un poco huérfanos. Porque una voz tan rigurosa como la suya nace solo cada cierto tiempo. Rosa Roda ha ayudado desde el estudio profundo y la comunicación asertiva, a que la sociedad disponga de unos niveles de conocimiento del desastre medioambiental del Mar Menor muy amplios. Con ella se ha hecho la luz en muchos aspectos, ha sido capaz de aplicar la gnoseología a nuestro drama medioambiental, que se encontraba a oscuras. Ha luchado contra falacias y sofismas gracias a la libertad de expresión y a unos valores propios. Valiente como ella sola frente a unas estructuras de poder temerosas.
En nuestra plataforma ciudadana creemos que la pérdida del periodismo independiente y bien formado es un retroceso frente a los retos que como sociedad debemos afrontar, sobre todo aquellos que nos sobrepasan, como es la pérdida de ecosistemas. Intentar eliminar referentes es un empobrecimiento de la calidad de vida y una lectura lamentable sobre la valoración de la antigüedad y la profesionalidad en el puesto de trabajo para las nuevas generaciones
Rosa Roda ejerció la defensa y protección del Mar Menor en primera persona, con su propia voz. La valentía que posee y su creencia en que la verdad ayudaría a dar soluciones al problema, la llevaron a rozar los límites impuestos por la costumbre y el oscurantismo. Creemos que es un error verla como un instrumento político, en ese afán de politizar la libertad que tienen las estructuras de poder, porque ella solo ha comunicado una realidad; la de los impactos impunes sobre el ecosistema Mar Menor. Incluso es posible que sus palabras hayan ayudado a hacer una profunda reflexión y autocrítica, a inducir al cambio, a enmendar errores o dejar de producirlos.
Lamentamos profundamente la decisión tomada por su emisora, como los cientos de personas que han manifestado su sorpresa y estupor ante una decisión que dice poco sobre el respeto a la profesionalidad, al periodismo independiente y de calidad. El Mar Menor y sus personas hemos perdido una voz amiga en las ondas. Que su resiliencia la proteja y pronto vuelva a informar, a comunicar, a despertar una sociedad adormecida.