Al día siguiente de recibir el Orden sacerdotal, el pasado domingo, Joaquín Conesa celebró su primera misa en su localidad natal, Los Alcázares. Guardando todas las medidas de seguridad, uno de los polideportivos de este municipio acogió esta celebración –ante la presencia de la imagen de la patrona de Los Alcázares, la Virgen de la Asunción– en la que concelebraron una veintena de sacerdotes y en la que participaron varios seminaristas, la familia del neo presbítero y gran parte del pueblo de Los Alcázares, representado por su alcalde y la corporación municipal.

La parroquia de Nuestra Señora de la Asunción participó activamente en la celebración y también la de San Fulgencio de Cartagena, lugar en el que Joaquín Conesa realizó su diaconado.

Antes de finalizar la celebración, Joaquín dio gracias a Dios por su vocación sacerdotal y a la Santísima Virgen por acompañar su proceso. Joaquín asegura que ha sentido “el afecto maternal” de María durante su vocación: “Noté su presencia el día que encontré al sacerdote que me ayudó a discernir mi vocación, Miguel Conesa, precisamente en el día de la fiesta de María Reina de los Corazones, patrona del seminario”. En la acción de gracias, el neo presbítero tuvo también presente a su familia y de forma especial a su madre, fallecida hace unos años.

“El día de mi ordenación y el de mi primera misa han sido los más felices de mi vida, mi corazón sentía al fin esa plenitud que deseaba de ejercer el ministerio sacerdotal. La experiencia de la confesión fue también muy emocionante, madre mía, el Señor perdona los pecados a través de este pobre instrumento”, manifiesta Joaquín Conesa, nuevo sacerdote de la Diócesis de Cartagena, que ejercerá su ministerio como vicario parroquial en Nuestra Señora de la Asunción de Molina de Segura.