Este viernes pasado, en la Lorca denominada "Ciudad del Sol", en el Centro Cultural José. M Campoy Camacho, se armaba la marimorena. Muchos españoles y personas de casi 10 nacionalidades, gracias a su apuesta de brazos abiertos a todos los que deseen residir allí, se congregaban hacia una formación política que solo tiene a fecha de hoy dos años aproximadamente. No es normal este tipo de eventos y, más aún, cuando dicha formación ni lleva espectáculos, ni dispone de recursos económicos ni automóviles con altavoces que predican "ha llegado un salvador para la ciudad". Tampoco se veían por lado alguno ningún tipo de folletos pero aún así, desde la portería pude contemplar que venían con sus mejores galas y sonrisas encantadoras.
Pude saber que el tú a tú había servido de reclamo suficiente como para arrastrar a tanto personal. Ya, antes de su inicio, comprobaría cuáles eran los distintos oficios de las personas que estaban entrando: cocineros, bachilleres, universitarios, empleadas del hogar, directores de asesorías, amas de casa, profesores, constructores, mozos de almacén y todo lo que a ustedes se les pueda ocurrir: nada de alto standing. Me acordaba cuando años atrás iba a fiestorros y mítines para conocer los diversos espectáculos políticos, como por ejemplo: Alfonso Guerra, José María Aznar, Rajoy y otros pude verlos en directo. Todo ello, al lado de lo que ha pasado en Lorca nada por el estilo. El personal que entraba eran medios de comunicación, muchos españoles e inmigrantes de unas 9 nacionalidades distintas de Iberoamérica. La mayoría de inmigrantes llevaban aquí, como mínimo, veinte años en España y estaban felices de haberla escogido. Todo creíble pues la Región de Murcia, aparte de ser generosa como ella mismo también abre sus puertas a los de aquí y a los de allá. ¿Qué les unía a todos ellos?
El programa político del Partido Valores, desde su inicio, ha apostado por la dignidad de las personas, por la familia, por la justicia social y por romper muros, muros sobre todo a sus hermanos iberoamericanos. Muchos de ellos y los españoles llevaban tiempo sin votar y otros, así de claro, nunca habían votado en España pues no les atraían las políticas del resto de partidos. Si a ello le sumamos que, las formas de hablar de dichos políticos es moderada y se mira por todos, la salsa estaba en perfecto estado de revista. Claro está, a españoles y a inmigrantes iberoamericanos les une mucho, y a veces, cuando les oía, son ellos los que quieren más a España que los propios españoles. Hablar con ellos, tras el acto, ha sido abrir la mente de hasta dónde nos quieren y cómo, partidos españoles de importancia, tal cual, los han ido ladeando. Valores, sin embargo, a fecha de hoy, tiene en cabeza de lista a dos inmigrantes: uno en la ciudad de Murcia y el otro en Lorca.
Lenin, el representante de Lorca, en un buen hacer, con su carpeta de fundamentos y objetivos, nos daba un repaso de sentido común hacia esta ciudad fuera de lo común. Así, cuando fuimos a un restaurante de cielo abierto llevado por españoles al ver al líder ecuatoriano de Lorca empezaron a aplaudirle y a gritarle ¡Viva Valores Lorca! Aún sigo saboreando y congratulándome de lo vivido estos días atrás. Mientras, los "Tezanos españoles y los murcianos" andan fuera de tiesto. Ya sabemos que por estas tierras habrá un 40% de personas que no irán a votar y que un tercio de la población murciana no tiene nada claro. Los que asistieron al acto, mas mucho de los que no asistieron, por motivos de trabajo, sí lo tienen claro: si las familias no funcionan esto no marcha. Si no se invierte en ellas, las cuales son el fundamento del país, si todo lo dejamos en las manos ideológicas de unos y de otros y no actuamos con el sentido común, según me cuentan, esto no tirará. He de decir que españoles e inmigrantes se están dejando la piel. Están poniendo como la canción: alma, corazón y vida, sobre todo, cuando Lorca, siendo el segundo municipio más grande en España, con una extensión de casi 1700 kilómetros cuadrados, con 39 pedanías, algunas de ellas a más de 40 kilómetros de distancia del casco urbano. Las caras de alegría y de disposición, sin duda, la llevaban como hoja de muestra.
Como dice D. Alfonso Galdón, presidente de Valores, estamos realizando una revolución silenciosa y tranquila de las familias y ¡vamos que si lo están realizando!. Mientras que a unos altos mandos políticos les encantaría no llevarnos bien: denunciarnos unos a otros, en dejarnos llevar por codicias de distintos colores, éstos, cada vez van más unidos y van a por todas, pensando en estas elecciones , en las nacionales y europeas. Lorca, así, puede ser verdaderamente un buen punto de ignición donde sean las familias las que marcan la ruta a seguir. Bienvenidos sean partidos políticos como este.
Con Lenin Valarezo Castro ha llegado a Lorca la Revolución Tranquila de las Familias.
MARIANO GALIÁN TUDELA